Editorial


Córdoba, riqueza de la diversidad

Empezó ayer la semana de celebración de los 60 años del Departamento de Córdoba, que se cumplen el próximo 18 de junio, un hito de reafirmación de la identidad conformada con territorios, comunidades y culturas diferentes, que llevan la herencia Zenú diseminada en ese mosaico multicolor de ríos, sabanas, montañas y serranías, en el que han convivido negros, indígenas, inmigrantes siriolibaneses, europeos, y en el siglo pasado, gentes venidas de toda Colombia.
Según las investigaciones arqueológicas, las primeras comunidades que cruzaron por el río Sinú vinieron de América del Norte hace más de 6.000 años, y se fueron asentando en pueblos de gran desarrollo, cuya herencia cultural y artística fue destruida en gran parte debido al saqueo de sus tumbas y monumentos por los conquistadores españoles.
Hasta 1501, en la que la primera expedición española arribó a lo que hoy es el Departamento de Córdoba, los Zenúes fueron los señores de estos vastos territorios y consolidaron una próspera y desarrollada civilización, con sorprendentes conocimientos científicos que les permitieron construir terrazas contra las inundaciones, y una estructura social y política de gran poder.
El aporte de Córdoba al país es una vasta colección de manifestaciones culturales tan ricas en creatividad como el porro en la música o las obras literarias en todos los géneros, hasta investigaciones científicas en la medicina, la veterinaria y la agronomía.
Hoy en día, la ganadería es el primer renglón económico del departamento, que está magníficamente representada en la Feria Ganadera de Montería, que este año llega a su versión número 52, con más de 1.200 animales que concursarán en las distintas ins-tancias.
Es justamente la ganadería, la actividad que puede significar el enorme salto para el desarrollo y la prosperidad local, si se aprovechan a plenitud los beneficios del TLC con Estados Unidos y se mitigan los efectos de sus efectos negativos.
Pero Córdoba es mucho más que ganado, es un espíritu pujante y una armonía con la naturaleza en sus habitantes, es también un entusiasmo vital y una creatividad sin límites de sus artistas forjados en la brega de cada día, entre los que se destaca especialmente el fallecido Pablito Flórez, un juglar que reúne en su música las mayores virtudes sinuanas.
Es justamente una de sus composiciones, “Los sabores del porro”, la que describe la infinita gama de sabores y costumbres sinuanas, que se renuevan cada día en combinaciones interminables:
Mi porro me sabe a todo
lo bello de mi región
me sabe a caña me sabe a toro
me sabe a fiesta me sabe a ron
Me sabe a piña me sabe a mango
me sabe a leche esperá en corrá
me sabe a china esparascá en fandango
y ají con huevos en machucá
Los cordobeses merecen un abrazo por los 60 años de vida institucional que cumplen el próximo lunes, que son en realidad miles de años en un entrecruzamiento de culturas que conformaron al hombre que sigue guapirreando en cada amanecer de fandango, al tiempo que aporta riquezas literarias, artísticas y científicas al patrimonio humano.

Comentarios ()

 
  NOTICIAS RECOMENDADAS