Editorial


Democracia y candidatos únicos

La reciente propuesta del presidente del Partido de la U, el senador Juan Lozano, de que los partidos de la coalición gubernamental se pongan de acuerdo para lanzar “candidatos únicos” en aquellos municipios y departamentos más golpeados por la ola invernal en las elecciones de octubre próximo, es la demostración perfecta de que la política se mueve muchas veces en el absurdo.Con el argumento de que la tragedia invernal puede prestarse para que algunos políticos hagan proselitismo y que las ayudas sean utilizadas para sacar provecho electoral, el senador Lozano propone replicar en los municipios y departamentos afectados el proyecto de Unidad Nacional que eligió al presidente Santos, con el fin de que los damnificados no se expongan a la confrontación política.
Con más de 630 municipios afectados en 28 departamentos, lo que propone el senador Lozano es que los próximos gobernantes regionales y locales de Colombia provengan de una especie de partido único, la crítica más reiterada que el propio Lozano y el Partido de la U les han hecho siempre a países como Cuba y Venezuela.
Por supuesto, las intenciones del senador Juan Lozano deben ser loables, convencido, como lo estamos muchos colombianos, de que la corrupción sigue activa en muchos niveles del Gobierno y del sector privado en Colombia, y que eso significa que los esfuerzos del ex presidente Uribe durante sus ocho años de Gobierno no fueron suficientes.
Ese fracaso, sufrido por un estilo administrativo que favorecía la uniformidad política que tanto parece gustarle a Juan Lozano, se erige como el principal argumento para no seguir propiciando esa uniformidad.
Muy cerca tenemos un ejemplo de las consecuencias que trae imponer coaliciones gubernamentales que terminan convertidas en partidos únicos, donde la oposición es reprimida y silenciada, asimilándola a enemiga de la patria y obstaculizadora de la justicia social.
Más que una estrategia para asumir la reconstrucción de esa gran extensión del país que sufrió el azote de las inundaciones, la propuesta de Lozano parece una estrategia electoral para asegurarse el poder en alcaldías y gobernaciones.
La democracia significa confrontación de tesis, una confrontación madura, legal y abierta, en la que las ideas puedan ser expresadas con libertad. Limitar las opciones democráticas, con el pretexto de combatir la corrupción y la politiquería es un contrasentido enorme, más grave porque quien lo plantea es un símbolo de la democracia colombiana, elegido por una enorme cantidad de ciudadanos que no hicieron caso de presiones ni aceptaron prebendas.
Insistir en coaliciones para candidatos únicos desvirtúa la condición básica de la democracia, que exige la presencia de una oposición legal que critique con argumentos, y la sana pugna política en la contienda electoral, que tanto quiere evitar la propuesta, es justamente la esencia de nuestro sistema político.
Dejemos que los partidos, a través de candidatos propios, propongan sus programas de gobierno, que no tienen porque coincidir con el ideario político del presidente Santos y que a lo mejor ofrecen estrategias más efectivas y menos costosas.

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