Editorial


Dos problemas relegados

El pasado 6 de enero publicamos las declaraciones del recién posesionado alcalde de Cartagena, Campo Elías Terán, durante un recorrido que hizo por la avenida Pedro de Heredia, en el Mercado de Bazurto, donde anunció que 25 policías armados estarían todos los días, de 6 de la mañana a 7 de la noche, garantizando la movilidad en esa zona.
El alcalde expresó que aunque fuera a la brava y con el Esmad, el carril del solo bus “será recuperado para mejorar la movilidad en Bazurto”.
Aunque la vigilancia se mantuvo por unas semanas y los operativos de desalojo se realizaron con cierta frecuencia, poco a poco las autoridades se olvidaron del solo bus, y las consecuencias de ese olvido las mostramos ayer en primera página, en una foto que no admite discusión alguna.
Es posible que los preparativos de la Cumbre impidan destinar policías para cuidar 13 horas el solo bus, pero eso era previsible a principios de enero y el alcalde debió ser mesurado, porque no hay nada que mine más la confianza de la gente en sus gobernantes que las promesas formuladas con bombos y platillos que no se cumplen.
En aquel momento aplaudimos la decisión del alcalde, pero advertimos que si a los pocos meses se bajaba la guardia, el problema iba a empeorar, y está sucediendo en un momento en que los esfuerzos están enfocados en el encuentro presidencial.
La movilidad está colapsando otra vez, y la ocupación del espacio público en Bazurto contribuye a ese colapso, al igual que los colectivos ilegales, los mototaxistas y la falta de con ciencia de muchos conductores particulares, de manera que la Cumbre no debe ser excusa para dejar el problema sin atender.
Con los salvavidas pasa algo similar, pues en la anterior administración y a comienzos de esta se le prometió a la ciudadanía un cuerpo de salvavidas profesionalizado y eficiente que garantizara la seguridad de los bañistas.
Ahora se firmará un convenio con la Defensa Civil para que se ocupe de la tarea y se pedirá la colaboración de los bomberos y otros organismos voluntarios, porque no se puede contratar directamente a los salvavidas que estaban trabajando, ya que sus cargos no están definidos en la plata de personal.
Pero en lugar de buscar de una vez la manera de crear esos cargos, trabajando de la mano del Concejo, la solución provisional es que los salvavidas ingresen a la Defensa Civil, un proceso más largo y engorroso.
Es inaudito que una ciudad turística no tenga un cuerpo de salvavidas profesional y con la dotación y los equipos adecuados.
La Administración distrital está en la obligación de crear ese cuerpo lo más rápido posible, porque es un tema urgente y no se soluciona a través de contrataciones con cooperativas creadas de afán.
Las cifras de salvamento en el período en que operaron los salvavidas demuestra de sobra su utilidad, y la desafortunada muerte ayer de un joven que estaba de vacaciones demuestra lo necesarios que son.
Estamos seguros que el alcalde Terán se volverá a ocupar de estos problemas antes de que crezcan.

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