Editorial


El balance legislativo

Terminó ayer el período de sesiones ordinarias del Congreso de la República, y a juicio del presidente Santos, fue “una legislatura sin precedentes en la historia”, a la que, según el ministro del Interior, Germán Vargas Lleras, “hay que hacerle un gran reconocimiento”.Con un gran esfuerzo en los últimos dos días, el Congreso logró sacar adelante proyectos importantes para el país, que le darán al Gobierno los instrumentos para materializar su programa a partir del año próximo.
Uno de ellos, que pasó a sanción presidencial, fue el proyecto que permite mantener los beneficios a más de 30 mil miembros de la guerrilla y de las autodefensas desmovilizados, que estaban en peligro por un fallo de la Corte Constitucional.
En economía, se aprobó la ley que busca formalizar el mercado laboral y aumentar las oportunidades para jóvenes hasta los 28 años con el primer empleo; la reforma tributaria, con la que se aspira a recaudar unos seis billones de pesos, que incluye la posibilidad de que el Gobierno intervenga y ponga topes a las tarifas de los servicios bancarios, cuando considere que están cometiendo excesos; y la Ley que prolonga los subsidios de servicios públicos para los estratos 1, 2 y 3.
Igualmente, se le dio trámite positivo a proyectos tan importantes como la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras, las reformas al Sistema Nacional de Regalías y de Salud y los estatutos de Reforma Política y Electoral.
A diferencia de otros años, en que el Congreso ha sido protagonista por los escándalos de corrupción o las componendas clientelistas, este año hay que anotar con satisfacción que la noticia principal ha sido el cumplimiento cabal de sus funciones legislativas, aunque estrictamente, esto no debería ser objeto de alabanza, pues tendría que ser la norma en esa rama del poder y no una excepción.
Por supuesto, este primer balance tiene que ver con el número y la importancia de las iniciativas aprobadas por el Congreso en la legislatura, pero es necesario ahora examinar de manera serena y profunda si lo aprobado es enteramente beneficioso para la marcha del país y la solución de sus problemas.
Ya se ha señalado que en la reforma al Sistema de Salud, hay algunos puntos inconvenientes, como lo que el representante Simón Gaviria calificó de “regalo a las EPS”, al eliminarse sanciones y multas a las que dilaten con trámites engorrosos las solicitudes de los afiliados de servicios y medicamentos. La nueva Ley obliga al Gobierno a pagar parte de los costos de un servicio o medicamento, si mediante tutela se le ha ordenado a la EPS a suministrarlo.
También hay una polémica en torno a los procesos que establece la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras, cuya puesta en marcha traerá grandes consecuencias en la estructura misma de la propiedad rural en Colombia.
De todas formas, debemos sentir satisfacción porque, aparte de las controversias naturales de toda democracia, en las que se vio envuelto el Congreso, hay otra cara que mostrar, la que tiene que ver con su misión: legislar.

 

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