Editorial


El caso Arango Bacci

El contralmirante Gabriel Arango Bacci fue declarado inocente por todas las instancias que tenían injerencia sobre su caso y hoy es un hombre libre, de lo cual nos alegramos. Él, su familia y sus allegados han cargado un fardo muy pesado durante muchos meses. Simultáneamente, la Corte ordenó investigar al ex ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, y al Comandante de la Armada, almirante Guillermo Barrera, y otros, para determinar si su conducta fue la correcta, y quizá, si cabe la teoría de un complot en contra de Arango Bacci, como se está diciendo en el país. Es un hecho notorio que la gestión de los investigadores iniciales tuvo a Arango detenido durante año y medio, y que el cambio de fiscal en su caso le dio un viraje súbito a la investigación, que terminó en su liberación pronta. La Procuraduría también pidió su libertad incondicional a partir de la misma información con la que habían trabajado los primeros investigadores, y con la cual la Fiscalía también pidió –y logró- su libertad. El cambio de fiscal en el caso de Arango produjo uno de los pocos comentarios de parte del almirante Barrera, y también del embajador de los Estados Unidos: ambos se declararon extrañados por la recomendación de liberar a Arango Bacci luego del rumbo que llevaba la investigación en sentido contrario durante muchos meses. Brownfield fue más allá y acotó que cuando en los Estados Unidos se cambiaba un fiscal en la mitad de un caso, se interpretaba como un intento para ayudar al acusado, y quedó flotando en el ambiente de que el Embajador sabía “algo” más. A pesar de estos incidentes y comentarios, Arango Bacci fue absuelto, lo que indicaría mucha confianza de los entes de control al tomar la decisión de liberarlo, y de la evidencia (o falta de ella) que sopesaron para tomarla. Es decir, se sintieron seguros de lo que hacían. Se cae de su peso que si el Contralmirante fue hallado inocente de todos los cargos que le imputaron, entonces alguien tuvo que habérselos inventado para acusarlo. Poca gente ha dado tanta sensación de inocencia como el contralmirante Arango Bacci en todas sus declaraciones por la radio, la televisión y en sus apariciones públicas. Es un hombre convincente, como suelen serlo quienes se sienten con la verdad de su lado. De la misma manera, es difícil creer en un complot dirigido por el almirante Barrera y (o) Juan Manuel Santos, quienes no necesitaban hacer un montaje para darle la baja al contralmirante Arango Bacci y “sacarlo del camino”, si esa hubiera sido su intención, ya que podían hacerlo de manera discrecional sin darle explicaciones a él ni a nadie más. Teniendo esa facultad, un montaje dirigido por cualquiera de ellos sería una torpeza innecesaria. Dependían de demasiadas personas distintas, y en esos casos –como en todas las falsedades- siempre se equivoca alguien y se llega a saber todo. Es imperativo que este caso se investigue de forma rápida y contundente para aclarar qué pasó, quiénes son los responsables, y de qué. El país tiene que conocer la verdad.

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