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El Congreso y las pequeñas leyes

El senador Efraín Cepeda presentó un proyecto de ley para modificar el Escudo Nacional, excluyendo a Panamá y reemplazándolo por San Andrés y Providencia, con lo cual se reconocería a la isla como parte del país.
Otro proyecto, presentado el 20 de julio del año pasado, busca regular el uso del sodio en la dieta de los colombianos, para contribuir a la reducción y prevención de la mortalidad por hipertensión.
En septiembre de 2012 fue radicada la iniciativa de instaurar el 19 de noviembre como Día Nacional contra el Cáncer de Próstata.
Estos son apenas algunos de los proyectos que se tramitarán en el Congreso en la próxima legislatura, pero en el periodo que culminó el año pasado se aprobaron más de 60 iniciativas que pasaron a sanción presidencial, la mayoría de las cuales no reviste trascendencia o tienen la peculiar connotación de las que citamos al principio, aunque también hay un pequeño grupo que forma la base del programa de gobierno del presidente Santos, del que hacen parte el fuero militar, la reforma tributaria, la pensión familiar, la ley de salud mental, el régimen para las áreas metropolitanas; y las obligatorias como el Presupuesto General de la Nación y el presupuesto bianual de regalías.
El resto de las leyes aprobadas lo compone las que vinculan a la Nación a efemérides municipales, las que honran la memoria de personajes o declaran patrimonio nacional algunas fiestas tradicionales.
No hay duda que el proyecto que honra la memoria del poeta y escritor Eduardo Carranza, y mediante el cual se conmemora el centenario de su natalicio, es una iniciativa importante para preservar y resaltar nuestro patrimonio cultural, pero habría que discutir si le corresponde al Congreso ponerla en marcha, empleando un tiempo que puede destinarse a debatir los temas de trascendencia, en lugar de que el Ministerio de Cultura se encargue de hacerlo.
Lo mismo ocurre con el proyecto que declara patrimonio cultural, artístico y folclórico de la Nación, el festival de danza “Colombia baila”, que se celebra todos los años en Florida (Valle Del Cauca), el que celebra los 470 años de fundación de Ramiriquí (Boyacá), y los que conmemoran los 150 años de vida del municipio de Támesis (Antioquia) y los 170 años del municipio de Neira (Caldas).
Al argumento de que las leyes que celebran aniversarios de municipios permiten que estos reciban recursos del Gobierno nacional habría que replicar que esta circunstancia no es más que otra modalidad de los derogados auxilios, que puede servir para negociar con los congresistas que presentaron la iniciativa la aprobación de otras leyes de interés para el Ejecutivo.
Incluso si estas leyes establecen recursos para salud, infraestructura o educación de los municipios favorecidos, lo ideal sería que tales dineros salieran del presupuesto ordinario o de las regalías.
Es necesario que el Congreso reflexione si debe emplear gran parte de su tiempo en proyectos que benefician a un número pequeño de colombianos, que sólo tienen carácter protocolario o que no son necesidades urgentes de nuestro país.
El debate está abierto.

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