Editorial


El debate ético también debe ser jurídico

La fiscal Viviane Morales y el excomisionado de Paz, Luis Carlos Restrepo, se trenzaron en una discusión, a raíz de la solicitud de audiencia para formularle cargos que hizo la primera y la carta enviada por el segundo, en la que llamaba la atención sobre supuestos vínculos de Carlos Lucio, esposo de la Fiscal, con los paramilitares.
Parte de la discusión se centra en si la imputación a Restrepo fue una consecuencia de la carta, o si la carta fue enviada al saber Restrepo que le iban a imputar cargos, detalle que no es tan importante como los demás alrededor de este caso.
La discusión con Restrepo es un corolario a la polémica desatada hace unas semanas por la columnista María Jimena Duzán y apoyada por las periodistas María Isabel Rueda, María Elvira Samper y Cecilia Orozco, cuando la fiscal Morales confirmó que se había casado por segunda vez con Carlos Alonso Lucio.
Las cuatro columnistas coincidieron en que los antecedentes de Lucio hacían temer que aprovechara su relación para incidir en algunos procesos que lleva la Fiscalía, entre ellos el del cartel de la contratación, pues se dice que el exsenador habló con investigadores y metió sus narices allí.
Cuestionan también si, en caso de que hubiera que investigar a Lucio, habría algún fiscal que lo hiciera con independencia, sabiéndolo el esposo de su jefe.
Sobre la injerencia de Lucio en el proceso de los Nule, hasta ahora no pasa de rumores, y no es seria una incompatibilidad sustentada en rumores. En cuando a la eventual investigación contra Lucio, la disyuntiva sería igual cualquiera que fuera el Fiscal, si se presentara una investigación contra su cónyuge. Es decir, el asunto es de probabilidades, puesto que hay más probabilidades de que se abriera un caso contra Lucio que contra otras personas, en virtud de sus antecedentes.
¿Es justo pedir la renuncia de la Fiscal con un argumento probabilístico? Ya no es necesaria la respuesta, porque la investigación que se creía probable se volvió realidad a raíz de la carta de Luis Carlos Restrepo, quien debería ser vinculado a ella, pues conoció el eventual delito que denuncia cuando era funcionario público, y no lo denunció entonces.
En estas circunstancias, la discusión debe enfocarse ahora en lo que debería hacer la fiscal Morales, luego de que comenzó la investigación contra el excongresista Carlos Alonso Lucio por parte de la unidad antiterrorismo de la Fiscalía. ¿Debe renunciar Morales para garantizar que la investigación contra Lucio sea legítima, o basta con que se inhiba de conocer cualquier aspecto del caso?
Los argumentos que apoyan la renuncia o que defienden a la Fiscal son igualmente válidos, lo que hace más enrevesada la polémica, aunque no se ha tenido en cuenta el desempeño de la funcionaria.
El problema es que el debate provocará dudas sobre cualquier decisión que tome la Fiscal en los casos que le corresponda investigar, y siempre serán dudas condenatorias.
La solución más adecuada sería impulsar un  debate jurídico y legal, y no sólo un debate ético.

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