Editorial


El despegue de Reficar

La expansión de la Refinería de Cartagena (Reficar) es un sueño que la ciudad acaricia hace mucho tiempo, sobre todo porque su montaje y funcionamiento beneficiarían a la economía cartagenera, además de la del país. Hace unos 10 años, el entonces director de El Universal, Darío Morón, propició muchas reuniones en su oficina de este rotativo para impulsar dicha obra, en la que participaban muchas personas de la ciudad, incluido uno de los grandes promotores de entonces, Rodolfo Gedeón Ghisays, adalid de la planta de olefinas, que aprovecharía los productos mejorados de la Refinería nueva. La expansión dio tumbos y cuando ya se creía que arrancaría en alianza con una compañía extranjera, ésta comenzó a “cascabelear” con la crisis económica reciente, hasta que Ecopetrol –liderada por el presidente Álvaro Uribe-, terminó negociando la salida del proyecto de dichos inversionistas y lo asumió la petrolera colombiana. En los primeros años, la expansión costaría la cantidad “astronómica” de 250 millones de dólares, luego se “plantó” en 600 millones de dólares, llegando a los 3.777 millones de dólares presupuestados ahora. Paradójicamente, cuando costaba USD 600 millones el Estado no tenía con qué hacerla y buscó socio extranjero, y retirado este, ahora tiene cómo invertir la nueva suma billonaria. Los 3.777 millones de dólares están compuestos así: 346 millones en ingeniería; 2.100 en equipos y montajes; 276 en el muelle y la renovación de la unidad de cracking; y 1.055 en un rubro llamado “costos de dueño”, compuesto por “químicos, catalizadores, escalación, contingencia e ingeniería conceptual y básica”. La Refinería pasará de procesar 80 mil barriles por día a 165 mil, y en vez de aprovechar 74% de esa materia prima, como hace ahora, aprovechará 97%, y le suministrará 40 mil barriles diarios de productos a la planta de olefinas. El ambiente también se beneficiará, ya que el diesel pasará de tener 2.500 partes por millón (ppm) de azufre, a 50 ppm, un cambio dramático a favor de la salubridad. Las gasolinas tendrán un cambio en el mismo sentido, y pasarán de 1.200 ppm a 30 ppm. Adicionalmente, no habrá descargas de aire caliente y de catalizadores a la atmósfera, ni se usará el agua de la Bahía para las torres de enfriamiento, que serán de circuito cerrado. Los trabajos emplean 602 personas hasta la fecha, 368 de ellas de Cartagena (61%). Reficar ya ha formado 824 trabajadores, llegará a 1.440 este año, y a 3.900 para todo el proyecto. A julio de 2010, Reficar había hecho el 75% de sus compras en Cartagena, 6% en Barranquilla y 19% en otras ciudades. La inversión social de Reficar en la Localidad Industrial y de la Bahía entre 2008 y 2010 será de $7.011 millones de pesos, mientras que el Distrito invertirá $6.532 millones, arrojando un total de 13.543 millones de pesos que beneficiarán a más de 28 mil personas en la localidad, y a casi 100 mil de las comunidades vecinas. Reficar pasó de ser una quimera a una realidad, que de ñapa, es bien manejada por Orlando “Pompi” Cabrales, un cartagenero idóneo.

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