La revista “Ethnology” reveló el año pasado que el Español es la segunda lengua materna más hablada del mundo, que hay 400 millones de hispanoparlantes nativos y que es el idioma oficial de veintiún países. Se calcula que en el año 2050, más de 530 millones de personas hablarán Español, de los cuales 100 millones vivirán en los Estados Unidos. El crecimiento exponencial de la difusión y el uso del Español se ha dado en casi todos los ámbitos del pensamiento universal, excepto en el de las ciencias exactas. En el “Índice de Citaciones Científicas” (Sciencie Citation Index), sólo el 0,3% de las investigaciones publicadas en las revistas científicas están escritas en español, y el 93,5% están en Inglés. Es precisamente la consolidación del Inglés como una especie de lengua universal, lo que más ha frenado la expansión del Español, aunque paradójicamente en Estados Unidos crece cada vez más. A diferencia del Inglés, el Español tiene más barreras de protección a cargo de la Real Academia Española, que frena la incorporación de vocablos de otros idiomas, lo que en ocasiones dificulta su uso en áreas como los negocios o la tecnología, donde todo avanza aceleradamente y casi todo se nombra y define en inglés. La estructura compleja del Español viene de su historia larga, como una de las lenguas que se formaron de la evolución del latín vulgar, adoptado por la península española durante la conquista del Imperio Romano, en lugar de las lenguas nativas, desaparecidas casi todas, menos el eúskaro, que se integró con el Árabe para decantarse durante la Edad Media en idiomas como el gallego, el asturleonés, el navarro-aragonés, el catalán y el castellano, que predominó en el siglo XV por la hegemonía política de Castilla. Después del Descubrimiento, el Castellano o Español se extendió durante la conquista y la colonización de América y de algunas islas de Oceanía, por lo que ahora se habla en casi todos los países hispanoamericanos y en Filipinas. La complejidad gramatical y sintáctica se debe a que durante su proceso de expansión, el Español, que ya se había apropiado de elementos árabes, siguió nutriéndose con muchos elementos de las lenguas que hablaban los nativos del Nuevo Mundo, como los Aztecas, Incas, Mayas, Chibchas, entre otros. Su conservación rigurosa es la que ha permitido al Español erigirse como un idioma de importancia en el mundo, y al mismo tiempo servir como sustento cultural a la identidad hispánica, de manera que no es un capricho de eruditos ni aristócratas bien hablados la insistencia en no dejar que se adopten vocablos extranjeros, a menos de que no exista una equivalencia exacta en nuestro idioma. Hoy se celebra el Día del Idioma, instituido por la Real Academia Española en recuerdo de la muerte, el 23 de abril, de Miguel de Cervantes Saavedra, fuente y paradigma de nuestra lengua. Y la mejor manera de celebrar es contribuyendo a conservarla y enriquecerla.
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