Editorial


El Edurbe que propone Brieva

Edurbe nació en 1981, siendo presidente de Colombia Julio César Turbay A.; gobernador de Bolívar, Roberto Gedeón G; y alcalde de Cartagena, Augusto Martínez Martínez.
Según la página web de la entidad, se ocuparía del “impulso del desarrollo urbano, especialmente a través de la construcción de obras de infraestructura y consultoría. Además, de la ejecución de los actos que resultaran de las delegaciones y atribuciones hechas por los socios de la empresa u otras entidades públicas”.
Parte importante de sus actividades sería sanear caños, lagunas y ciénagas, hablándose entonces de un transporte acuático que convirtiera a Cartagena en “la Venecia del Caribe”, proyecto que se retoma ahora como complemento de Transcaribe.
En el camino Edurbe tuvo cambios en sus estatutos y se convirtió en un centro contratero local y de extramuros, en el que se dice que muchos interesados dirigían los dineros del Estado con la condición de que les fueran adjudicados los contratos correspondientes, mientras a la entidad le tocaba un porcentaje del que trataba de vivir. El caso es que Edurbe tiene hoy muchos contratos inconclusos a pesar de que todo el dinero para completarlos ya pasó por sus arcas.
“¿Y dónde está esa plata?”, preguntó el periodista Germán Gómez Polo en nuestra edición de ayer. Mientras los entes de control descifran qué pasó en Edurbe y cuál responsabilidad le cabe a quién, la entidad tiene que reinventarse para serle útil a la ciudad.
Óscar Brieva, su nuevo gerente, propone volver a estatutos similares a los originales y convertirla en un motor de desarrollo urbano, quitándole su función de ejecutora de contratos. Los más o menos 3 mil millones de pesos anuales de hoy, necesarios para operarla, tendrían que venir del Distrito, permitiendo que la empresa se concentrara en sus funciones, en vez de en obtener ingresos para pagar la nómina.
La propia Alcaldía le debe a Edurbe algo más de 14 mil millones de pesos y Brieva argumenta que si se los paga, podría concluir los contratos pendientes y arrancar de nuevo, pero ya como dependencia de la Alcaldía para efectos de salarios.
Desde este espacio hemos venido insistiendo en que a Cartagena le hace falta una institución de desarrollo urbano que trascienda la politiquería de las distintas administraciones distritales para darle insumos apropiados a los políticos, y Edurbe podría ser una parte importante de esta organización, si bien no podría ser su única instancia.
Manejar bien los caños, lagunas y ciénagas implica encontrar el equilibrio entre desarrollo urbano y conservación ambiental, y no hay duda de la importancia enorme de los cuerpos de agua para la vida de la ciudad, ya que cualquier urbanismo se hará en su vecindario y tiene que privilegiarlos.
Preguntado por El Universal acerca del decir de sus detractores de que va a Edurbe a devolver favores y dineros de la campaña a la Alcaldía, Brieva dijo que su propuesta de quitarle a la entidad la ejecución de contratos y el manejo de dinero demuestra lo contrario: la imposibilidad de hacer dichos favores.
Ojalá sea así, porque un Edurbe activo y transparente es un activo para la ciudad, distinto al de hoy.

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