El próximo miércoles será un día histórico para Cartagena, con la inauguración de una obra determinante para la salud y el bienestar de los habitantes de esta ciudad y una de las más importantes de los últimos tiempos: el Emisario Submarino.
Con ella, el saneamiento de Cartagena será una realidad largamente anhelada, tras muchas décadas en que las aguas negras urbanas eran arrojadas sin tratamiento previo a la bahía y a la Ciénaga de las Virgen, causándoles un daño enorme a estos dos cuerpos de agua y a los habitantes de sus alrededores.
El Emisario costó cerca de 60 mil millones de pesos, tiene una extensión de 18,9 kilómetros en su tramo terrestre y 4,3 kilómetros en el submarino y permitirá, en términos muy resumidos, bombear las aguas residuales, después de un tratamiento primario, hasta el mar a buena distancia de la costa, a través de una tubería que en su parte final está perforada y por difusión se mezcla con el agua salada, sin contaminarla.
La posición y la distancia en que se encuentra el difusor de la costa permite que no lleguen concentraciones nocivas de bacterias, la mayoría de las cuales se muere debido a la alta concentración de salinidad del medio marino.
La inauguración tendrá toda la ceremonia que esta obra se merece porque mejora radicalmente la calidad de vida de todos los habitantes de la ciudad, especialmente de los moradores de zonas a orillas de la Ciénaga de la Virgen y contará con la presencia del presidente Santos.
En muy poco tiempo veremos sus efectos benéficos en la calidad del agua de la Ciénaga, especialmente si la Administración distrital logra la meta de conectar al alcantarillado a todas las viviendas que se han construido en los alrededores y erradica las invasiones precarias que han aparecido hasta dentro del agua.
El Emisario Submarino hace que los habitantes de Cartagena soñemos con una Ciénaga abundante en fauna y flora, cuya limpieza permitirá practicar deportes náuticos y realizar recorridos de entretenimiento.
También la bahía de Cartagena se beneficia del Emisario, pues deja de recibir el 40% de las aguas servidas de la ciudad que agravan enormemente los daños que le provoca la sedimentación que arrastra el Canal del Dique.
La inauguración del Emisario Submarino es una de las mejores que ha recibido Cartagena en los últimos años, que deja atrás los momentos amargos de la ruptura y el hundimiento de un tramo de tubería en 2010 y muestra a Acuacar como una empresa capaz de afrontar el reto de suministrar los servicios básicos de acueducto y alcantarillado en armonía con el crecimiento urbano.
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