Editorial


El gobierno de los anuncios

El miércoles en la noche, durante la celebración de los 50 años de Andiarios, el presidente Santos respondió muchos de los dardos del expresidente en ejercicio, Álvaro Uribe, diciendo que su gobierno –el de Santos- había sido señalado por ser el de los “anuncios”.
Santos dijo que quienes lo acusaban así tenían razón, porque durante su mandato había anunciado: la muerte de varios jefes guerrilleros, la firma del TLC con los Estados Unidos y varios otros países, la normalización de las relaciones con los vecinos, la existencia de corrupción en varias entidades públicas, el descenso del desempleo a un dígito, la mayor inversión extranjera directa en el país en toda su historia, y muchos otros logros.
Santos fue cuidadoso al darle crédito a Uribe por muchos de los cambios benéficos que tuvo el país durante su mandato de 8 años y aseguró que no saldría de pelea con el expresidente ni que el propio Uribe intentara provocarlo. El tono de Santos fue entre irónico y conciliador, y logró algunos aplausos.
De los militares Santos negó que estuvieran desmotivados, señalando que muchos habían entregado la vida precisamente por estar comprometidos en la lucha contra los grupos armados ilegales, y enfatizó los muchos triunfos contra el enemigo durante su mandato, entre otros, haber dado de baja a más de 60 guerrilleros en las últimas semanas. Dijo que había problemas de inseguridad, pero aseguró que el Estado los enfrentaba con decisión.
Los dardos más recientes de Uribe los motivó el nombramiento del director del Partido Liberal, Rafael Pardo, como ministro de Trabajo, cosa que el expresidente consideró como una afrenta contra personal y directa contra él, pero que fue muy bien recibido por la mayor parte de la opinión pública por la imagen de seriedad de Pardo.
Quizá la contribución más importante de Santos antenoche fue la de decir que cada momento requiere una respuesta específica, dando a entender que si bien el estilo de Uribe fue el que se necesitaba mientras fue Presidente, la situación, que ya era distinta, requería de enfoques y procedimientos distintos. Ese comentario concuerda con lo que ha dicho varias veces en el sentido de que no cambiar cuando hay que hacerlo no es tener carácter, sino ser torpe.
Santos también le recordó a los asistentes al evento de Andiarios que él había sido el fundador del Partido de la U, y que sus siglas querían decir que era “de unidad nacional”, filosofía que él estaba practicando, incluyendo el nombramiento de Pardo.
Hasta ahora, Santos ha salido airoso en la confrontación con Uribe, pero el expresidente no dejará de tratar de mandar en el gobierno de Santos hasta el último día, e intentará con todas sus fuerzas –que son considerables- que Santos no sea reelegido.
Ojalá que el gobierno de los anuncios haga algunos concretos para Cartagena: que meterá en el presupuesto las carreteras transversales que necesita la región, que arrancarán las obras del Canal del Dique sin más dilación, al igual que las del nuevo canal de acceso a la bahía por Varadero.

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