Editorial


El IDEAM y las lluvias que faltan

Lozano explicó algo que todos sabemos, pero perdemos de vista: en Colombia no hay invierno ni verano, porque un país ecuatorial sin estaciones, pero con temporadas secas y temporadas de lluvias. Paradójicamente, la comunicación es uno de los factores que más complica la labor del IDEAM, incluso más que las dificultades técnicas, porque las regiones se refieren a los fenómenos meteorológicos de distintas maneras.
En Bolívar y casi toda la Costa Caribe, por ejemplo, los campesinos –meteorólogos autodidactas porque viven de sembrar-, hablan del comienzo de las lluvias en abril como la primavera, y de esta primera temporada de lluvias que va hasta agosto, como la “primera”, seguida de un veranillo y luego de la “segunda”, de agosto a fines de noviembre y parte de diciembre. IDEAM, dijo Lozano, pretende entender mejor el habla de nuestras regiones.
En el país hay alguna confusión con respecto a lo que se puede esperar de esta temporada de lluvias, pero Lozano precisó que aunque será bastante más fuerte que el promedio histórico de esta época, será mucho más leve que la del año inmediatamente anterior (2010), cuando llovió entre 6 y 7 veces más que el promedio histórico.
Esta es una buena noticia, pero no amerita celebraciones porque en buena parte del país la tierra ya está saturada con la precipitación del año pasado y no tuvo tiempo de secarse lo suficiente, así que lloverá sobre lo mojado, fenómeno grave para ciertos tipos de suelo, como por ejemplo, las arcillas expansivas que hay en buena parte de Cartagena, incluido el cerro de La Popa.
Lozano está convencido, como lo están la mayoría de los científicos serios, que el cambio climático es irreversible y aunque el mundo tiene que intentar frenar su tendencia destructiva contra la naturaleza, es indispensable intentar adaptarse a lo que viene porque el clima tendrá extremos más abruptos entre sequía y lluvias extremas. De ahí que el Gobierno creara el Fondo de Adaptación, cuya filosofía será la de intentar convertir en oportunidades los cambios climáticos.
Entre otras cosas, Lozano propugnó para el país lo que hemos propuesto desde aquí en muchas ocasiones y desde hace varios años para Bolívar: aprovechar los excedentes de agua de las temporadas de lluvias copiosas mediante represas bien hechas, que permitirían amortiguar las crisis en las sequías más fuertes. Y por supuesto, tiene que implementarse una política eficiente de riego para evitar la escasez y carestía de los alimentos de la canasta familiar. 
El Universal le recordó al Director General del IDEAM que Cartagena necesita al menos un segundo mareógrafo para poder pronosticar mejor las mareas altas, información indispensable para su movilidad.
Mientras tanto, las autoridades no pueden descuidarse un segundo con las lluvias que faltan por caer en 2011.

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