Editorial


El nuevo puentecito de Gambote

Bolívar recibe la buena noticia de que al fin se hará el nuevo puente de Gambote, y la mala de que no tendrá los cuatro carriles proyectados, sino dos. Nuevamente, la mezquindad con la tan cacareada “mermelada” dejará corta una obra que se debería construir para un futuro inmediato.
Recordamos cuando se construyó el puente de La Bocana durante la administración de Nicolás Curi, con unas dimensiones tan miserables que fue insuficiente desde el día que se inauguró, y así dijimos en El Universal que sería desde antes de que se concluyera.
Mientras el cruce del Dique seguirá siendo a través de un puentecito, con seguridad mejor que el de hoy pero no lo suficientemente amplio para mañana, algunos departamentos obtienen recursos billonarios para horadar túneles para dobles calzadas en la montaña, algunas innecesarias.
El puente no fue lo único que se quedó corto, sino que el terraplén entre el puente y Corralito ya no tendrá los dos metros de altura adicionales proyectados originalmente, sino un metro. Afortunadamente, los tres viaductos nuevos de este tramo sí conservarán la altura de dos metros encima del nivel de la vía de hoy, lo que permitirá que el departamento y la ciudad sigan insistiendo en que se lleve la carretera a la altura necesaria antes de que se concluya.
A la Costa Caribe siempre se le escatiman los recursos, pero el centralismo pretende que estemos agradecidos con su largueza para otras regiones y mezquindad con esta. La Troncal de Occidente es la vía principal entre Antioquia y los puertos del Caribe no antioqueño, es decir, Cartagena, Barranquilla y Santa Marta. También recibe carga de Cundinamarca y los Santanderes por la vía de Plato al Carmen de Bolívar. Estando firmados los famosos tratados de libre comercio, no se entiende esta reculada del Gobierno nacional con Bolívar.
Volvemos a insistir en que este departamento y su capital necesitan un liderazgo público y privado unificado, pero no alrededor de tramas contrateras y burocráticas de baja estofa, sino de los proyectos más importantes para nuestro departamento.
Pelear por ellos hasta que se hagan con las mejores especificaciones y no como premios de consolación para ciudadanos de segunda categoría, mejoraría la calidad de vida de toda la gente de la Costa Caribe. A estas alturas, ni siquiera le han girado a Bolívar los dineros para terminar de tapar los famosos chorros del río Magdalena.
Gambote, población que ya se inundaba antes de que supiéramos que había un fenómeno meteorológico llamado La Niña, no ha sido trasladado ni conocemos planes para hacerlo. Como ahora se vaticina un verano fuerte en la zona andina, porque para el Caribe será más o menos igual a los de siempre entre diciembre y abril, la burocracia se olvidará de La Niña caribeña mientras reparte recursos en el país andino.
La Costa Caribe tiene que aprender a hacer pataletas políticas tan productivas como las de Antioquia, con las que puso a temblar a Santos y ahora la creciente del Presupuesto Nacional fluye espumante hacia allá.

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