Editorial


El reto de los alcaldes locales

Nombrados los alcaldes locales para las tres localidades de Cartagena, tras un largo proceso de inconsistencias y manejos políticos, el reto que tienen ahora estos funcionarios es empezar a trabajar.
En una ciudad que se desarrolla aceleradamente y cuya población aumenta también con mucha rapidez, el alcalde mayor necesita el apoyo de colaboradores que ejecuten su programa de gobierno y aporten su esfuerzo para construir una ciudad desde los propios barrios.
Luego de la accidentada elección de las ternas en las Juntas Administradoras Locales (JAL), las impugnaciones y los rumores sobre presuntas inhabilidades, irregularidades e impedimentos de algunos aspirantes, que se salvaron con esfuerzo, sería inaudito que la gestión de los recién nombrados estuviera poblada también de tales laberintos clientelistas.
No se designó a una mujer para ocupar al menos una de las alcaldías locales, y aunque eso no debería prestarse para más problemas, sí queda un sinsabor por esta omisión, teniendo en cuenta que en la ciudad existen capacitadas profesionales que le aportarían mucho al rumbo que intenta tomar la Administración distrital.
Es imprescindible que los alcaldes locales se compenetren con su jefe, para sacarle el mejor provecho a las herramientas que ofrece la Ley 768, que reglamentó la naturaleza de Distrito Especial que la Constitución de 1991 le confirió a Cartagena, y permitió la división en tres localidades, cada una con una vocación especial para el turismo, la función portuaria y la industrial.
La descentralización administrativa que otorga a los entes territoriales las facultades para el manejo de su presupuesto y las responsabilidades de garantizar una buena calidad de vida a los ciudadanos, sólo se desarrolla integralmente si llega hasta las últimas unidades urbanas como son los barrios.
Hay que empezar por descentralizar de unas vez por todas las actividades gubernamentales y todos los trámites ciudadanos en cada una de las tres localidades, no sólo los que actualmente se pueden realizar allí.
Los ciudadanos deberán estar seguros de que no necesitan ir a pedirle cita al alcalde mayor, para hablar de problemas puntuales de su sector, porque los alcaldes locales tienen la obligación de atenderlos, resolver sus necesidades si es viable, o explicarles porque no puede hacerse de inmediato.
El alcalde Campo Elías Terán echó reversa a su decisión de quitarles el manejo presupuestal y ciertas funciones delegadas a los alcaldes locales, una decisión racional y adecuada porque todavía el manejo administrativo de estas zonas no ha madurado lo suficiente, especialmente por el lado de las JAL y se necesita mayor capacitación de funcionarios, ediles y ciudadanía para que entiendan que su responsabilidad es delicada y determinante para el progreso de la ciudad, y no una réplica a menor escala de las maniobras todavía perceptibles en la labor de algunos concejales y funcionarios distritales.
Los alcaldes locales deben enfrentarse a problemas tan graves como la inseguridad, las invasiones, los asentamientos subnormales, la movilidad, el espacio público y la actividad colectiva, y para resolverlos se requiere seriedad, integridad y esfuerzo.
Estaremos atentos a la gestión de los alcaldes locales y de los ediles, especialmente en el manejo de los llamados Fondos de  Desarrollo Local que tienen recursos para cada localidad por más de 2 mil millones de pesos.

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