Editorial


El transporte puerta a puerta

Puerta a puerta denominan los usuarios a los vehículos que viajan entre Cartagena y Barranquilla y otros municipios de la Costa Caribe, que tienen una sede de subida y bajada de pasajeros en la Avenida Santander y calle 70 de Crespo.
Como tantos otros negocios informales en Cartagena, comenzó pequeño y creció a la vista de las autoridades que poco o nada han hecho para controlarlo y formalizarlo. Otra vez se lesiona el interés colectivo, incluido el de un barrio residencial, causando trancones porque no caben estos automotores y sus operarios en aceras y en plena calle, donde operan por las vías de hecho.
El DATT inició unos operativos de desalojo de estos automotores anteayer y tiene toda la razón en hacerlos. No se puede seguir mirando para el otro lado mientras cualquiera rompe la ley para beneficio particular, especialmente en una calle indispensable para la movilidad entre Cartagena y la Zona Norte, incluyendo a Barranquilla, y entre el sector turístico y el aeropuerto.
Este negocio informal, igual que todos los de Cartagena, existe porque tiene clientes, y además crece todos los días. Ya dependen de él un grupo de trabajadores que debe ser considerable y también un grupo de universitarios y usuarios de todo tipo.
Cartagena, sin embargo, tiene unas normas y una Terminal de Transportes que es regulada por la ley y paga impuestos. Cualquier competencia por fuera de esta es desleal contra quienes respetan la formalidad.
Pero también es verdad que cambió la ciudad desde que se hizo la Terminal, cuando reinaban de La Cordialidad, única conexión de Cartagena con Barranquilla, Santa Marta y eventualmente Bogotá; y la Troncal de Occidente, la otra entrada que recibe el tráfico de Antioquia y el Eje Cafetero, y también el de Bogotá y los Santanderes a través de Zambrano y El Carmen de Bolívar. El sitio de la Terminal de Transportes era preciso para atender esas dos troncales, antes únicas.
Hoy existen dos carreteras nuevas, la Vía del Mar y la Variante Mamonal Gambote, que le meten tráfico a Cartagena de los mismos destinos que La Cordialidad y la Troncal de Occidente, pero por lugares distintos. Es evidente que el esquema de una sola Terminal de Transportes tiene que ser repensado, no sólo para acomodar las dos nuevas vías, sino para las que puedan surgir en el futuro.
Mientras tanto los Puerta a puerta no pueden seguir operando ilegalmente en la calle 70 y en la avenida Santander por ningún motivo, incluyendo la oposición de la comunidad de Crespo y la inconveniencia evidente para la movilidad de Cartagena.
No sabemos cual sea la solución para legalizar este servicio para conveniencia de toda la comunidad y no solo de los grupos interesados en mantenerlo como está, como son los dueños y empleados de las busetas, y sus usuarios.
El Distrito hace bien en tomar este toro por los cuernos mientras aún lo puede hacer, pero sobre todo, debería planificar la ciudad en serio para no tener que seguir tratando de apagar incendios en todos los frentes.

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