Editorial


El “embargo” de Chávez

Según RCN Radio, el ex presidente Gaviria comparó el bloqueo de los productos colombianos en Venezuela ordenado por Chávez, al bloqueo impuesto por los Estados Unidos a Cuba, y razonó que si Chávez se oponía tan pública y vehementemente a las sanciones a la isla de Castro, no tenía sentido que sometiera a Colombia a un tratamiento similar. El símil es interesante, aunque con muchas diferencias. Cuando los Estados Unidos de John F. Kennedy bloquearon a Cuba luego de la “crisis de los misiles”, en la que la Rusia de Nikita Kruschev perdió el pulso y retiró los cohetes de la isla, Kennedy no se dio un tiro en el pie, como se lo dio Chávez, porque mientras que Kennedy no necesitaba nada de Cuba, Chávez no puede alimentar a Venezuela sin Colombia, al menos en el futuro inmediato. Chávez es tan fanático, sin embrago, que prefiere poner a su pueblo a pasar hambre, además de que ya sufren apagones y falta de agua potable, que comprarle bienes de consumo a Colombia. Es decir, prefiere hundir a su país, que permitir que la economía colombiana se fortalezca con el comercio venezolano. Por supuesto, la medida chavista también le hace mucho daño a la economía colombiana, y sobre todo, a mucha de su gente, que también pierde empleos. No cabe duda de que los efectos de la torpeza cometida por Chávez se multipliquen de aquí para adelante, ya que su país, cuya economía creía blindada por nadar en petróleo, está hecha flecos y las crisis de todo orden entraron a Venezuela. El problema económico de Venezuela no será coyuntural, como podría serlo el de otros países, incluido Colombia, sino más profundo y de mayor duración, ya que Chávez lleva muchos años destruyendo los medios de producción privados sin ser capaz de reemplazarlos por un aparato público eficiente. Tras la caída de la economía venezolana, ya se ahonda la crisis social allí, y por supuesto, caerá mucho más el apoyo popular de Chávez, como ya lo indican las encuestas realizadas por las mismas compañías que dieron a conocer su popularidad enorme durante todos los años que lleva en el poder, así que no podrán acusarlas de fabricar los resultados para hacerle daño al régimen bolivariano. Chávez ya acusa los estragos, dando pasos en falso, como la amenaza de guerra a Colombia, que por supuesto, no puede ser tomada a la ligera, ni siquiera porque haya dado reversa. Chávez, más que audaz o valiente, es lo suficientemente mitómano como para querer estrenar sus juguetes bélicos, quizá contando con atacar a una Colombia descuidada, cosa que ya no será posible. Pero los belicistas de este lado de la frontera tampoco deberían entusiasmarse mucho con la reacción de los Estados Unidos ante un ataque de Venezuela a Colombia. Los países tienen intereses y no amistades, y Obama y sus Demócratas –ya enredados en Irak y Afganistán- quizá no sentirían demasiado entusiasmo por atacar a Venezuela, aun para defender a un aliado como Colombia. Mientras tanto, el “embargo” impuesto por Chávez daña más a Venezuela y al chavismo, que cae en popularidad, que a Colombia, que debería mantener su prudencia sin que flaquee su vigilancia de las fronteras.

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