Editorial


Emisario Submarino, ¡al fin!

Cuando el Emisario Submarino se hundió en diciembre de 2010, tras la cadena de torpezas y de jugarretas del contratista EDT Marine y del interventor Halcrow LTD, a la ciudad le cayó una gota fría colectiva.
Las aguas servidas de Cartagena se vertieron durante décadas en el sector de la bahía conocido como Cuatrocalles (40%) y en la ciénaga de la Virgen (60%). Antes de que se construyera La Bocana, que le mete agua de mar limpia a la ciénaga cada 24 horas, los barrios de la Zona Suroriental soportaban un hedor descomunal.
El significado del Emisario es múltiple. Mejorará aún más la calidad de vida de los pobladores de las orillas de la ciénaga de la Virgen porque ya no habrá ningún olor y porque en poco tiempo la calidad del agua será superior, sobre todo si el Distrito se asegura de que todas las viviendas de la zona se conecten al alcantarillado, incluyendo las invasiones en las márgenes del Caño Juan Angola.
La mejoría en la calidad del agua de la ciénaga también la aprovechará la naturaleza: peces, aves y flora. Quiere decir que allí aumentarán la cantidad y calidad de especies dentro del agua, por lo que las aves y demás animales que viven de pescarlas también sentirán la mayor calidad de vida.
Si los técnicos pudiesen regular ahora la entrada de agua de La Bocana para recrear la salinidad de antaño, que aumentaba en verano y disminuía en la temporada de lluvias, la ciénaga volvería a tener las mismas especies a las que ahora no les va tan bien con la salinidad alta todo el año, causada por el recambio diario con agua de mar.
La mejor calidad de agua también quiere decir que la parte menos poblada de la ciénaga puede albergar deportes náuticos que incluyen la vela, el kite surf, el wind surf, el esquí acuático y la natación, según la zonificación que establezcan las autoridades ambientales y marítimas, en este caso la Capitanía de Puerto. Y además del deporte, la ciénaga quedará más apta que nunca para el turismo en canoas y pequeñas embarcaciones.
La bahía de Cartagena también se verá enormemente beneficiada al no tener el 40% de las aguas servidas de la ciudad entrándole todos los días, lo que sumado a las obras del Canal del Dique, que le quitarán la entrada de más sedimentos a la bahía, permitirán la recuperación gradual de este gran cuerpo de agua que alguna vez tuvo corales, y arena blanca en buena parte de sus orillas internas. Lástima que la licitación de las obras del Canal haya sido postergada de nuevo.
Que el Emisario Submarino funcione poco tiempo después del fiasco del 2010 es un gran logro de Acuacar. Además de ser exonerada en aquellos hechos, demostró gran capacidad al construir e instalar el Emisario. El Banco Mundial debe explicar su manguala con Halcrow, implícita en la impunidad de esa interventoría.
El Emisario Submarino es una gran noticia y solo falta derrotar al contratista y al interventor en las cortes para que devuelvan el dinero. (Lea más sobre el Emisario Submarino)

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