Editorial


Emisario Submarino: buena por Acuacar

La situación trágica del Emisario Submarino no podía sino empeorar en todo sentido si continuaba a cargo de EDT Marine Construction, cuyos tres ejecutivos más importantes salieron del país hace unos días –según ellos- a buscar equipos de rescate.Su fracaso terrible sorprendió después de haber maniobrado la tubería de 4,32 kilómetros de largo y dos metros de diámetro de una forma impecable dentro de la bahía de Cartagena. La sacaron a mar abierto sin tocar siquiera una boya a pesar de los 880 lastres y seis uniones mecánicas que tenía esta “culebra”, que luego se convirtió en el culebrón de los cartageneros, heridos hasta la médula por esta cadena de errores.
Acuacar tiene que andar con pies de plomo para no infringir el contrato con EDT Marine Construction de alguna manera que le permita a esta compañía acabar de sacar sus chorizos del humo, pero también tenía que asumir el manejo de la situación para que los 6 tramos conocidos del Emisario no siguieran multiplicándose en pedacitos aún más incontrolables e irrecuperables.
Lo primero es contratar expertos cuyos equipos y procedimientos ya están inventados. Nada se puede hacer con los recursos locales, no preparados para una operación integral de esta magnitud. Ese primer paso inmediato que dará Acuacar es el indicado.
Dice el comunicado de la empresa que empezará su diagnóstico por la tubería que está en Bajo Grande. Es la más cercana y la que parece estar menos insegura y la menos cimbreada por el oleaje. También parece ser la más larga, y por lo mismo el tramo más importante para recuperar.
Pero también es cierto que el segmento más amenazado está en el bajo Nokomis, en donde las olas son mucho más grandes y fuertes, y probablemente es la fuente de la mayoría de los tramos desprendidos.
Suponiendo que se rescate la mayor parte de la tubería, tendrá que ser examinada por sus fabricantes para determinar la cantidad apta para instalar, y cuánta nueva habrá que importar.
Suponemos que nadie propondrá que el Emisario Submarino puede ser más corto que su diseño original, o que éste fue “sobrediseñado” y que aguanta la recortada de los tubos que le falten y aún así mantendría la pluma lejos de la orilla. Ese sería un cuento inaceptable y el Emisario tiene que quedar completo e instalado con las mismas especificaciones de calidad y seguridad del original.
Mientras tanto, el cuidado con los tramos que aún están en lugares conocidos tiene que ser minucioso, sobre todo porque otro que se desprenda, o uno de los conocidos que pierda sus señales, sería un peligro enorme. Hasta ahora no ha habido una catástrofe porque en medio del infortunio del Emisario, hemos tenido la buena suerte de que no se haya muerto nadie por culpa de unos tubos dejados casi a su libre albedrío por el contratista.
Confiamos que la intervención directa de Acuacar será el principio del fin de la tragedia en que EDT convirtió este proyecto soñado y necesitado por Cartagena.
 

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