Durante la campaña presidencial de 1992 en los Estados Unidos, entre George H. Bush (padre de George W.) y Bill Clinton, uno de los estrategas políticos del último acuñó el eslogan “Es la Economía, estúpido”, para resaltar las debilidades de la administración de Bush padre y minimizar las acciones que podrían pasar por éxitos en su política exterior.
El gobierno de 8 años de Uribe, exitoso en muchos campos además del de la seguridad, como por ejemplo, en la atracción del turismo al país, especialmente el de cruceros en el caso de Cartagena, descuidó la infraestructura portuaria de esta ciudad, principalmente porque no hizo nada durante 8 años para terminar con la sedimentación de la bahía de Cartagena por las aguas del Canal del Dique.
En cambio, Uribe habló sin recato –ya lo hemos recordado aquí- de su “compromiso del alma”, la doble calzada de Santa Fe de Antioquia al puerto de Turbo, que además bautizaría como “Carretera de la Nueva Independencia”, cuyo significado sería que Antioquia no necesitaría más los puertos del Caribe no antioqueño, como Cartagena, Barranquilla y Santa Marta, además de atraer la carga del resto del triángulo de oro de Colombia hacia Turbo.
Esta era y es una quimera, aunque en las manos hábiles de los paisas no puede ser subestimada a pesar de las dificultades inmensas de convertir a Turbo en un puerto más competitivo que los demás del Caribe colombiano. Los datos más recientes del Dane, recabados en las distintas oficinas de aduana del país, muestran que entre enero y agosto de este año, 59,9 % del total de las exportaciones de Colombia fueron hechas por Cartagena.
La expectativa de los dos puertos de la Sociedad Portuaria Regional de Cartagena en la bahía, el de Manga y el de Contecar, es exportar 5 millones de TEUS (contenedores de 20 pies) entre los dos, en 2017. Teniendo en cuenta que hay otras 51 instalaciones portuarias en la bahía de Cartagena, es obvio que el canal de Bocachica llegará a su límite de tráfico muy pronto, además de que ya llegó a su calado máximo, porque –como advirtió la Sociedad de Mejoras Públicas- dragarlo más arriesgaría los fuertes de San José y San Fernando.
Los puertos para hidrocarburos en la bahía de Cartagena (Ecopetrol y Pacific Rubiales) necesitan atracar barcos de gran calado, y otro tanto ocurrirá con los megabarcos de contenedores que utilizarán el Canal de Panamá y que entrarán a los muelles de esta ciudad, por lo que la construcción del nuevo canal de Varadero, al que nos hemos referido aquí muchas veces, es una necesidad a la que el Gobierno tiene que darle vía libre de inmediato, especialmente cuando el dragado lo financiarán las compañías interesadas.
El presidente Santos, quien promueve los tratados de libre comercio (TLC) con varios países, sabe que la infraestructura portuaria es indispensable para nuestra competitividad, por lo que debería convertirla en su “compromiso del alma”, incluida la rehabilitación integral del Canal del Dique y –reiteramos- el dragado del canal de Varadero. Y a quien lo cuestionara, podría decirle: “Es el puerto, estúpido”.
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