Editorial


La columna del Concejo

El Concejo de Cartagena es de una importancia enorme para el desarrollo y bienestar de la ciudad. Estas corporaciones son asemejadas frecuentemente a las juntas directivas de una empresa y el alcalde al gerente. Buena parte de cómo le vaya a una ciudad depende del Concejo y de su interacción con el Alcalde.
Aunque el Concejo tiene sus propios canales para divulgar sus actividades, tal como su página electrónica y los medios audiovisuales, además del Observatorio del Concejo, de Funcicar, que cuenta la actividad diaria de la entidad y que publicamos religiosamente en El Universal, consideramos que le faltaba a los concejales una forma más directa, por no decir personal, de dirigirse a los ciudadanos para expresar sus opiniones y las de sus bancadas, a veces similares entre sí y otras no tanto.
Desde la presidencia de David Dáger en el Concejo de Cartagena, El Universal le propuso a esa corporación que sus miembros escribieran una columna semanal. Por distintas razones solo se concretó ahora, con la colaboración del concejal Andrés Betancourt y con la aprobación del presidente del Concejo, Rafael Meza, luego de discutir la propuesta con El Universal y después con sus colegas de las distintas bancadas.
El orden de quienes escribirán las columnas y lo que se trate en ellas, como es natural, será decidido por los concejales y sus bancadas y por lo mismo, serán de su responsabilidad. Nuestra edición de las columnas se limitará a una revisión de forma, respetando las ideas expresadas en ellas.
Creemos que a la ciudad le faltan muchas más instancias de encuentro respetuoso e independiente entre los distintos sectores, especialmente el público y el privado. A veces uno y otro parecieran no darse cuenta de estar en la misma nave, sujetos a las mismas tempestades.
No se trata de proponer el unanimismo, por supuesto, sino el acuerdo sobre lo fundamental, en cuya construcción deberían participar todas las instancias: los ciudadanos comunes y corrientes y sus organizaciones, incluidas las ONG; los partidos políticos; los funcionarios elegidos a cargos populares como las JAC y las JAL; y el Concejo.
Para Cartagena también es importantísima la Gobernación de Bolívar y vice versa, sobre todo porque el Distrito y la Proclamación pueden colaborarse en las políticas para las áreas rurales de Cartagena, por lo que esta instancia también debería participar en el acuerdo sobre lo básico para que Cartagena tenga un norte compartido, que es el único funcional y por lo mismo, de conveniencia general.
La fragmentación de la ciudad le ha impedido trascender más y su marcha ha sido a los trompicones. Ahora se impone enfrentar unidos los problemas mayores de la ciudad, como su inequidad y pobreza, y gestionar los proyectos indispensables, como cortar la sedimentación de la bahía de Cartagena a través del Canal del Dique, y la construcción del nuevo canal de entrada a la bahía a través del Varadero, entre varios otros. También necesitamos una región Caribe unida, que luche por la infraestructura regional de que nos priva el centralismo.
Tenemos la esperanza de que las columnas del Concejo ayuden a cumplir las metas anteriores.  

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