Editorial


La crisis mundial de agua

El Instituto Internacional del Agua de Estocolmo (SIWI, por sus siglas en inglés) lanzó una advertencia a los negociadores del texto (para Copenhague) que recogerá los compromisos de las distintas naciones en cuanto a lo que harán para mitigar el cambio climático, en el marco del “Día del Agua”, celebrado ayer en Barcelona. El cambio climático –como ya sabemos- se refiere principalmente al calentamiento global causado por el efecto invernadero, y éste por el uso de combustibles de origen fósil y sus emanaciones, que quedan atrapadas en la atmósfera. Las consecuencias son el deshielo polar y de los nevados de diversos países, que en la mayoría de los casos son las fuentes de agua potable del mundo, además de las lluvias. Al SIWI le preocupa que la crisis del agua sea tratada como un problema apenas conectado al cambio global, en vez de ser el principal que afectará a las poblaciones del mundo, y pide que las discusiones climáticas nacionales e internacionales sean reenfocadas. “En gran parte”, dice la SIWI, “la crisis climática global es una crisis de agua”. Pasquale Steduto, jefe de Aguas de la FAO, dijo en Barcelona: “Déjenme ser muy claro. No hay desarrollo sin agua. No hay seguridad alimentaria sin agua. El agua es la fuente primaria a través de la cual el cambio climático influye en los ecosistemas de la Tierra y por lo tanto, en el modo de vida y bienestar de los pueblos. Si el agua no obtiene mayor reconocimiento en planes y estrategias de adaptación, estamos cometiendo un error grande”. Por su parte, Anders Berntell, director Ejecutivo de SIWI, dijo que “Aun con las mejores estrategias de mitigación, los cambios climáticos relacionados con el agua vendrán. El reto para muchas naciones es cómo adaptarse. El cambio climático es, en efecto, el cambio en el agua, ya que será a través del agua que los cambios llegarán primero y sobre todo”. En la reunión del Día del Agua en Barcelona se enfatizó que 90 por ciento de la nueva población mundial (3 billones de personas) que se habrá sumado a la actual en 2050 vivirá en países en desarrollo, es decir, pobres; que la adaptación al cambio climático tiene que ser desarrollada en equipo, ya que 75 por ciento de los ríos del mundo están en la frontera de dos países; que la inversión en los ecosistemas puede ayudar a preservar las fuentes de agua; y que hay que tener buenos datos y gobernabilidad. Llama la atención el grado de alerta de otras naciones con respecto a la crisis del agua, que muchos aseguran será la causa de guerras futuras, y la indiferencia de Colombia, un país rico en agua pero que también comienza a perder sus fuentes, y particularmente ciudades como Cartagena, que debería tener estrategias para su suministro futuro de agua potable, y departamentos como Bolívar, que debería tener distritos de riego modernos, ejemplos para el mundo, y en vez tenemos una politiquería rampante y ramplona que no se preocupa por lo más importante, sino por la inmediatez de sus propios intereses. Cartagena y Bolívar tienen que insertarse en la solución de la problemática más importante, y no sólo en la inmediata.

Comentarios ()

 
  NOTICIAS RECOMENDADAS