Editorial


La discapacidad intelectual

Así como el mundo moderno parece retroceder en algunos aspectos de la convivencia civilizada y libre a través del respeto mutuo, como en los casos de las nuevas dictaduras “constitucionales” que se establecen en América Latina, comiéndose las democracias por dentro; y así como hay facciones de derecha extrema que se descaran en algunos países, o en algunos jerarcas de instituciones religiosas carcomidas por la pedofilia, hay otros aspectos en los que hemos progresado, y debemos seguirlo haciendo. Durante demasiado tiempo, las personas que nacían con discapacidad intelectual o física, o ambas, habían sido discriminadas y escondidas, consideradas en algunos casos como una vergüenza. La suma de esos comportamientos sociales contra estos seres inermes equivalía a una violación de sus derechos humanos, y aunque aún no podemos cantar victoria, el mundo hace enmiendas y va en el camino correcto. Falta profundizar un poco más en el conocimiento de la gente del común acerca de qué es la discapacidad intelectual y cuáles son sus formas más comunes, y entre otras cosas, dejar de hablar de “niños especiales”, una torpeza bien intencionada, pero devastadora. Cualquiera que se aproxime a las personas discapacitadas notará dos cosas obvias: que muchos dejaron de ser niños imberbes e impúberes, y que las discapacidades son diversas en origen y grado de impedimento. Afortunadamente en el país y en la ciudad hay instituciones importantes haciendo trabajos maravillosos, dirigidas por gente capaz, sensible pero sin sensiblería, que en vez de ocultar a las personas con discapacidad, ayudan a integrarlas a sus propias familias y a la sociedad. Esa es la tendencia reconocida como más conveniente: preparar a las personas con discapacidad para funcionar en el mundo común y corriente, y no a espaldas de este. En estos días hemos visto en Cartagena una serie de eventos de la institución Fides, una de las más importantes de Colombia para personas con discapacidad. Vinieron delegaciones de distintos países a participar en deportes, teatro, baile y varias otras actividades. Hay que resaltar la divulgación dada por RCN Radio y RCN Televisión a los eventos de Fides en Cartagena, permitiendo que mucha más gente conozca acerca de las personas con discapacidad, y del deber de la ciudadanía de aceptarlas y ayudar a que puedan llevar una vida funcional y feliz entre la sociedad. Ojalá que RCN y las demás cadenas nacionales de radio y televisión, al igual que los medios impresos, resaltaran también la labor de las distintas instituciones nacionales y locales. Quizá la más emblemática de Cartagena es Aluna, aunque no es la única. En sus instalaciones modernas ofrece una atención individualizada, incluyendo las terapias más modernas, como por ejemplo, la que se desarrolla con caballos (equinoterapia). También hay que resaltar la labor nacional de Special Olympics, con sede en Medellín, parte de la organización mundial dirigida por Patrick Kennedy y fundada por Ethel, la hermana del ex presiente John F. Kennedy. Apoyemos a todas estas instituciones a mejorarle la calidad de vida a tanta gente necesitada de atención especializada, y sobre todo, de mucho cariño.

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