Editorial


La ganadería se sacude

La ganadería ha estado en las noticias últimamente como consecuencia del “rebote” ganadero por la prohibición de exportar ganado en pie (Decreto 2000 del 11 de junio pasado, de los ministerios de Agricultura y Comercio Exterior) justo cuando los ganaderos de la Costa Caribe tomaban un poco de aire luego de la paliza del invierno de 2011, del que aún no se reponen.
La ganadería no sólo es una fuente importante de proteínas para la población, sino que es estratégica para el país. Emplea a 950 mil personas, 7% del total de los empleados de Colombia, y 25% del total del sector agropecuario; el agro produce 8,5% del PIB nacional, y la ganadería 1,6% de éste; la ganadería crea el 20% del PIB agropecuario, y el 53% del pecuario*.
Por cada 100 cabezas de ganado, la Lechería crea 7,9 empleos; el Doble Propósito (carne y leche), 5,5 empleos; la Cría, 2,5 empleos; y la Ceba, 2,4 empleos. Entre el Doble Propósito y la Cría tienen 73,6% del hato nacional (16.336.279 reses).
En Colombia hay 62.604 predios ganaderos, y 80% de estos (50.029) tienen menos de 50 cabezas; el rango con mayor porcentaje de ganado tiene 4.531 predios, con entre 101 y 250 cabezas cada uno, con un total de 628.254 reses, que son 26,9% del total del país; y hay 146 predios mayores de 1.000 hectáreas, con un total de 18.792 reses.
Es probable que con la compra masiva de tierras en Montes de María y en otras partes, estos datos tendría que actualizarlos Fedegán, pero la tendencia de todos modos debería mantenerse similar.
La insatisfacción de los ganaderos está bien representada por el primer trimestre de 2011: mientras los costos para la Lechería subieron 2,4%, sus ingresos subieron 2,3 %; en el Doble Propósito, los costos subieron 2,9% y los ingresos 2,3%; en la Cría, la relación fue de 2,6% contra 0,8%; mientras que en la Ceba los costos subieron 2,2% y los ingresos 0,5%. Aunque el invierno es el culpable de buena parte de la tendencia, si se mantiene, la ganadería está arruinada.
Los obstáculos al sector afectan al pueblo colombiano y son un problema social serio. Parafraseando el dicho de que la política es demasiado importante para dejársela a los políticos, la ganadería tampoco puede estar solo a cargo del Gobierno.
Fedegán y sus asociados deberían intervenir lo más directamente posible en definir las políticas del sector. Los ganaderos no deberían olvidar que actuar como rebaño es propio de sus reses, pero no de ellos. Por eso está bien que se cuestionen las políticas del Ministerio de Agricultura, y que se le exija más a Fedegán, pero siempre aportando razones y programas mejores que los oficiales, de manera que las autoridades los acepten de buena gana.
Fedegán, que ayer le pidió al Gobierno derogar el Decreto 2000, va en el rumbo correcto al escuchar más a los ganaderos de las regiones.

*Estas y las demás estadísticas citadas están en la página electrónica de Fedegán.

 

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