Editorial


La lista corta de Campo

Hace tres días supervisó el despeje del “solobus” en Bazurto. Su chicharrón más reciente fue el de los guías turísticos, tratando de entender el problema que les causa a ellos la solución provista por los catamaranes de la Sociedad Portuaria para los pasajeros y los taxistas, y de encontrar una salida que deje tan contentos a los guías como están los turistas y los taxistas.
Suponemos que junto con su programa de gobierno de largo aliento, el Alcalde también tiene una “lista corta” de las tareas inmediatas, entre otras cosas, porque algunos son causa de gran irritación para la ciudadanía, como por ejemplo, la movilidad complicada en la ciudad por la indisciplina de sus ciudadanos, ahora ayudada por los visitantes, y también por la construcción de Transcaribe.
El trayecto entre El Amparo y Ternera es una tierra de nadie, donde los conductores de las busetas se ganan el premio de la insensatez y del abuso, seguidos de cerca por mototaxistas y conductores de taxis, especialmente los “zapaticos”, muchos de los cuales –no todos- son la versión de 4 ruedas del motociclismo irresponsable. Y por supuesto, los peatones de la ciudad también ponen de su parte para incrementar el caos de la movilidad.
A la ciudadanía entera, o al menos a la mayoría que es víctima de la minoría abusadora, le ha gustado que el Alcalde enfrente el desorden y hable de imponer autoridad donde esa es quizá la única solución que ha faltado después de miles de concertaciones impuestas por la ley a pesar de ser lesivas para el interés público.
También debería estar en la lista corta del Alcalde la indisciplina de la Calle Larga, donde se parquean los conductores a ambos lados de la vía, a pesar de que hay parqueaderos disponibles en el Centro de Convenciones y en el centro comercial Getsemaní, causando trancones monumentales sin que se vea la grúa ni la decisión de los diversos uniformados que tienen que intervenir para corregir las anomalías.
La calle del Arsenal también tiene problemas similares de movilidad, agravados por los cráteres de la calle que destruyen carros y causan accidentes al tratar los conductores de esquivarlos.
Y si se trata de huecos, los de la Santander crecen todos los días, siendo esta una de las vías más críticas de la ciudad, utilizada por propios y extraños, por vehículos particulares y públicos.
También debería el Alcalde meterle mano a los trabajos de la doble calzada a Barranquilla entre la entrada a Punta Canoas y el peaje de Marahuaco, donde los constructores abusivamente mantienen la vía en un estado que destruye vehículos y nervios solo porque es lo más cómodo y económico para ellos, menospreciando a sus usuarios y perjudicándolos.
La “lista corta” parece inocua ante otros problemas, pero meterle el pecho pronto solucionaría problemas que todos los días se agigantan.

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