Editorial


La paz se busca hablando claro

“Cada vida es irrepetible, cada persona es irremplazable, cada muerte es irreversible. ¡Respetemos la vida!”, es el lema de la Semana por la Paz 2009, que comienza el próximo domingo 6 de septiembre, organizada por Redepaz, la Conferencia Episcopal, Pastoral Social Visionarios por Colombia, Marcha Mundial por la Paz, Iniciativa de Mujeres por la Paz, Asamblea Permanente por la Paz, Colombia No violenta, Combos por la Vida, Justapaz, Fundación Escuelas de Paz y otras organizaciones gubernamentales y no gubernamentales que buscan inculcar en la comunidad un indeclinable propósito de luchar por el respeto, la defensa y la dignificación de la vida, como principal valor de una sociedad. Esta es una jornada en la que todos los colombianos debemos participar activamente, porque mientras más voluntades se sumen a la difícil y prolongada tarea de superar la agresión, la violencia y el conflicto armado, habrá mayores posibilidades de éxito. La fortaleza de esta convocatoria por la paz radica en que se rechazan por igual todas las fuentes de violencia y de muerte, pues la naturaleza absoluta del derecho a la vida, también necesita una defensa de características incondicionales. Por eso, resulta al menos inadecuado que, al explicar que el tema escogido este año se debe al aumento de los casos de irrespeto al derecho a la vida, la Red Nacional de Iniciativas por la Paz y contra la Guerra (Redepaz) cite como ejemplos los asesinatos cometidos por bandas criminales, las muertes causadas por los “falsos positivos”, los menores muertos por sus padres y los homicidios durante robos o atracos callejeros, pero omita los muertos causados por la violencia guerrillera de las Farc y el Eln y las bandas emergentes de paramilitares. Es imprescindible, además, que la Semana por la Paz 2009 logre ir más allá de actividades en las que se reclame, se exige, se ruegue y se exhorte a que se trabaje por la paz, propiciando reflexiones sobre el significado mismo de este valor, desde la propia realidad cotidiana. La paz no es simplemente la ausencia de guerra, de conflicto, de violencia, no es sólo la ausencia de fusiles y de asesinatos. La paz también es justicia social, igualdad ante la ley y oportunidades de trabajo. La Conferencia Episcopal Colombiana dice que la paz se construye día a día, con equidad social, con oportunidades para los pobres, velando por el cumplimiento de los Derechos Humanos, para lo cual es preciso primero, un proceso de transformación interior y de vivencia sobre el concepto de persona, es decir, respeto por la dignidad del ser humano, más allá de toda diferencia y discriminación. Todos los crímenes y los abusos son condenables, y en Colombia, la guerrilla es culpable de una gran parte de estos crímenes, de los secuestros y de los ataques infames a la población civil, por lo que al clamar por un acuerdo humanitario y una salida negociada, es a los grupos armados ilegales como las Farc y el Eln a quienes debe exigírseles demostrar con acciones que desean la paz y están dispuestos a trabajar por ella. Si se lanzan proclamas imprecisas y se elude condenar con energía todo tipo de violencia, la Semana por la Paz se volverá una Semana de la Utopía.

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