Editorial


La salud de Campo

La muy mala información acerca de la salud del alcalde de Cartagena, Campo Elías Terán Dix, dio lugar a diversas teorías acerca de las razones del hermetismo de su familia, incomprensible ante la transparencia de varios presidentes y altos funcionarios de América Latina, incluyendo el de Colombia y su vicepresidente, todos con variaciones del cáncer divulgadas con exactitud por ellos mismos y sus equipos médicos.
El Concejo de Cartagena exigió de manera oficial a la EPS del alcalde que informe su estado de salud, ya que es de interés general por el cargo de Campo Elías y su responsabilidad ante los habitantes de Cartagena. El Concejo también le solicitó a los entes de control investigar a la EPS “por certificar incapacidades que no corresponden a la realidad”.
Ya aquí nos habíamos referido a un parte médico que recuerda el enigma caribe del gallo capón, que además de no llevar a ninguna parte, informaba lo que nadie había preguntado. No era un invento, pero tampoco era el diagnóstico completo, lo que equivalía a una falsedad usada por la Administración para asegurar que el alcalde se había recuperado. Es decir, que mantenía la lucidez para decidir y mandar.
Otra arista de este caso se dio cuando un columnista de El Universal mencionó de pasada, a propósito de la enfermedad del alcalde Terán, a Rodrigo Díaz del Vivar, El Cid, héroe de la guerra contra los moros en España, tan temido por ellos como venerado por sus soldados.
El Cid, liberador de Valencia y residente en ella, falleció y había sido embalsamado por su mujer, Doña Jimena. Según la leyenda, en un ataque de los moros a Valencia, la dama –desesperada por la derrota inminente-  montó el cadáver de su marido en su caballo, Babieca, y sus oficiales lo llevaron al campo de batalla.
Si son ciertos los comentarios de personas supuestamente enteradas, el alcalde no tiene ya la lucidez suficiente para decidir asuntos de peso, ni la motricidad para trabajar. No le hacen un favor al permitir la proliferación de rumores ni con dar la impresión de aferrarse al poder a pesar de la gravedad de Campo Elías.
¿Por qué insisten en hacerlo? 
La petición de suspender al alcalde y a tres de sus funcionarios anunciada ayer por la Contraloría con motivo de la investigación de los contratos firmados con Chemical sorprendió a la ciudad y deja la sensación de que la renuncia formal hace unos días le hubiera ahorrado al alcalde muchas contrariedades ahora cuando más necesita sosiego en el seno de su familia.
Al cierre de esta edición se rumoraba la confirmación de Mac Master en la Alcaldía por parte del presidente Santos, al menos por unos días más, evitándole sobresaltos adicionales a la ciudad. Tanto Cartagena como Campo Elías merecen respeto y tranquilidad.
En adelante, los cartageneros –todos- tendrán que preocuparse más por su ciudad para que no termine convertida en una pila de escombros.

Comentarios ()

 
  NOTICIAS RECOMENDADAS