Editorial


La tarea bien hecha

El teniente operativo del Cuerpo de Salvavidas de Cartagena, al realizar un balance de la temporada de fin de año que terminó ayer, dijo con orgullo evidente que no hubo ahogados en nuestras playas, porque se habían esforzado en evitarlo. Satisface no sólo este gran resultado del trabajo duro y la planificación juiciosa, sino también el orgullo con que los salvavidas informaron de ello a la prensa. Para esta temporada, que habitualmente es la que atrae más visitantes a Cartagena, se dispusieron 43 salvavidas en todas las playas urbanas y rurales, desde Castillogrande hasta Crespo, y desde allí hasta Manzanillo del Mar, quienes estuvieron atentos permanentemente, siguiendo una rutina rigurosa que ensayaron previamente hasta el cansancio. En los primeros 10 días del año fueron rescatadas 60 personas, que sufrieron diferentes percances, causados por la imprudencia y por el oleaje fuerte que se presenta por esta época. Aunque el profesionalismo y la preparación de los salvavidas, al igual que el plan de contingencia diseñado y ejecutado meticulosamente hicieron posible que no hubiera víctimas fatales del mar, también influyeron las campañas preventivas que los mismos salvavidas pusieron en marcha en todas las playas, con una paciencia y una constancia admirables. Es sabido que muchos turistas del interior del país son bastante imprudentes y atrevidos al meterse en el mar, desconociendo las advertencias y negándose a cumplir medidas de prevención, porque piensan que se trata de exageraciones y que ellos tienen la suficiente capacidad para saber si están en peligro. Esta conducta irreflexiva y temeraria ha causado la mayor cantidad de ahogados en años anteriores, porque hay corrientes contra las cuales nada puede hacer ni el salvavidas más avezado. Sin embargo, en la temporada pasada, la insistencia y tenacidad del Cuerpo de Salvavidas venció la resistencia y el desacato de los bañistas, que finalmente comenzaron a cumplir las recomendaciones y a tener cuidado con el mar. Por supuesto, todavía hay insensatos y soberbios que se creen campeones mundiales de natación, que desconocen la fuerza enorme del mar y sus movimientos caprichosos, y que confían en vencerlo sin peligro. Según los propios salvavidas, tal actitud se vio con mayor frecuencia en las playas de Bocagrande, donde acude más gente, y en Marbella, cuyos recovecos son más peligrosos para el bañista. El Cuerpo de Salvavidas de Cartagena nos ha dado un ejemplo de seriedad, esfuerzo, concentración y disciplina, lo que les permite ahora gritar con mucho orgullo que no hubo ahogados en la temporada y que pudieron evitar las tragedias, actuando a tiempo y sin titubeos. Ojalá no desfallezcan, y este ejemplo sea aprendido por muchas otras entidades públicas y privadas de la ciudad, cuya actividad tiene que ver con la preservación de la vida e integridad de las personas, y con la salvaguarda de la seguridad ciudadana. Sólo convenciéndose de que no hay situación compleja o peligrosa que no pueda ser manejada, si existe una preparación cuidadosa, un plan de acción y la entrega decidida y completa. Felicitaciones al Cuerpo de Salvavidas, porque hicieron la tarea, y la hicieron muy bien.

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