Editorial


La “ingeniería política”

Invías avanza en algunos proyectos ambiciosos de doble calzadas en varias zonas del país, entre éstas, Cartagena y Barranquilla por la Vía del Mar, y por la carretera La Cordialidad. De estas dos, la de La Cordialidad es la más adelantada, aunque la de la Vía del Mar va andando. A éstas se les suma la doble calzada entre Cartagena y Turbaco, la que eventualmente llegará a Arjona y Gambote. La doble calzada de la Vía del Mar tiene varios inconvenientes serios, aunque subsanables. En primer lugar, tendrá que duplicar el puente de La Bocana, aunque debería dejarlo listo para futuras ampliaciones. Si se hubiera hecho con ese criterio la primera vez, hace menos de 10 años, como sugerimos aquí, no existiría este obstáculo. Por otro lado, la doble calzada a partir de Blas El Teso, un sitio aproximado, depende de que los distintos entes ambientales otorguen licencia para rellenar la porción correspondiente de la Ciénaga de La Virgen, pero ésta ha sido negada, exigiendo que se construya un viaducto encima del agua, que con certeza es mejor ambientalmente, pero cuyo costo mata el proyecto de ampliación de una vez. Paradójicamente, esa misma zona está invadida intensamente, con daños enormes para el manglar, pero allí el Minambiente y demás entidades responsables parecen mirar para otro lado. También hay edificios que invadieron parte del espacio lateral de la carretera del lado de La Boquilla, que debería ser reservado para expansiones, y el Estado tampoco procede en su contra. Así que los trabajos de esta vía están en veremos, a pesar de la ampliación que avanza rápidamente después del último puente sobre la Ciénaga de Juan Polo, hacia el norte, sin llegar aún al peaje de Marahuaco. Estas calzadas ayudarán mucho, pero si no se completa la vía que falta entre el kilómetro cero, en la calle 70 de Crespo, y donde comenzaron las obras, seguirá siendo zona de trancones, una especie de Tapón del Darién local. Como mencionamos arriba, la doble calzada entre Bayunca y Cartagena es la más avanzada, y seguramente será inaugurada por el presidente Uribe antes de entregar el mando. Ojalá que su conclusión coincida con el tramo de Transcaribe entre El Amparo y Urbanización Anita, para que se le pueda sacar el jugo, descongestionando ese sector de la ciudad. La doble calzada entre Cartagena y Turbaco debería arrancar en el centro comercial La Plazuela, pero los contratistas apenas han arañado una calzada entre el Cementerio Jardines de Paz y el retén de Turbaco. Se sabe que la doble calzada, diseñada para pasar por el centro de Turbaco, avanzará sin dificultad hasta el sector de Loma de Piedra conocido como La Virgen, pero sigue la discusión, presionada por la “ingeniería política”, para definir si hay o no variante, y por dónde pasará si la hay, mientras una serie de politicastros falderos hacen sus mandados. Así que el futuro de las doble calzadas, que ya debería estar despejado, sufre por la pusilanimidad oficial ante los intereses particulares.

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