Editorial


Las obras en el estadio Jaime Morón

De no ser por la acuciosidad de la alcaldesa Judith Pinedo, quien fue anfitriona atenta en Cartagena del vicepresidente de la FIFA, Jack Warner, en marzo de 2010, la escogencia de Cartagena como una de las sedes del Mundial de Fútbol Juvenil 2011 no hubiera sido posible.
Los directivos del fútbol colombiano habían pensado en otras ciudades, y en algún momento, el presidente de la Federación Colombiana de Fútbol, Luis H. Bedoya, descartó a Cartagena y a Cali, porque sus estadios requerían demasiadas reformas estructurales que no podían hacerse en el plazo establecido por la FIFA.
El presidente de la Dimayor fue más específico y explicó que el estadio Jaime Morón, al igual que el Pascual Guerrero, no tenían parqueaderos, camerinos ni sanitarios adecuados.
Sin embargo, el tesón de la Alcaldesa, y el apoyo incondicional del trinitario Jack Warner, que se la jugó por Cartagena, lograron la escogencia de esta ciudad y precipitaron el compromiso del Gobierno nacional, para realizar una inversión millonaria en el estadio y la Vicepresidencia de la República se ofreció para acompañar el proceso licitatorio y la ejecución de los trabajos.
El pasado martes, el presidente de Fedefútbol, que no ha mirado con buenos ojos a Cartagena como subsede, declaró para RCN Radio que las obras en el Jaime Morón y en el Pascual Guerrero tienen retrasos muy serios y que aunque se calcula que están en un 80 por ciento de avance, “es imposible tenerlos listos (los estadios) antes de la próxima visita de la FIFA”.
Añadió Bedoya que se estudia cómo agilizar las obras, pero que están también buscando “alternativas para tener un Plan B en caso de alguna objeción por parte del máximo ente del fútbol”.
El optimismo del vicepresidente Angelino Garzón y de la alcaldesa Judith Pinedo, el pasado sábado durante la visita al estadio es justificable, pero a juzgar por lo que dijo tres días después el presidente de Fedefútbol, no es realista. Es preciso entonces que con la misma energía con que logró el apoyo de Jack Warner, la Alcaldesa logre que Coldeportes y la propia Vicepresidencia intervengan con la suficiente contundencia para que el contratista agilice los trabajos.
Sería desastroso para Cartagena que el estadio no se encuentre listo a tiempo y sea excluida de la lista de sedes para el Mundial Juvenil que comienza a finales de julio. También demostraría que la ciudad no está preparada para acometer los macroproyectos que tanto requiere para su desarrollo. Después del fracaso del Emisario Submarino, la psiquis ciudadana quedaría aún más maltrecha si el Jaime Morón también se fuera a pique.
Aún hay tiempo para cumplir con el compromiso que la alcaldesa de Cartagena se hizo ante el vicepresidente de la FIFA en marzo del año pasado, pero se necesita que entre todos –Coldeportes, Alcaldía y Vicepresidencia- se presione al contratista para que establezca turnos adicionales de sus obreros, y se culminen las obras.
En ese cometido, los medios de comunicación y la propia ciudadanía deben estar aún más atentos, evaluando día a día el avance de las obras.

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