Editorial


Las razones de un reclamo

El sábado en la tarde, un pequeño grupo de personas con pancartas se reunió frente al café de Juan Valdez en la Plaza de la Paz, para protestar porque consideran que la instalación disminuye la belleza del paisaje arquitectónico cartagenero y que está ocupando espacio público.
A través de las cuentas de este periódico en Facebook y Twitter, numerosos lectores también han criticado el funcionamiento del café, y solo unos cuantos no le ven problema.
Lo primero que deben saber los habitantes de Cartagena es que la instalación tiene permiso de la Alcaldía y según el secretario del Interior, Nausícrate Pérez, y fue solicitado por la Cancillería para funcionar hasta el próximo sábado 14 de abril.
En un evento de tanta relevancia continental, es obvio que el Gobierno colombiano quiera promocionar una marca tan importante para el país como la que representa la calidad de nuestro café y esta es una manera de hacerlo, porque se encuentra en un lugar de fácil acceso para los asistentes a la Cumbre.
Las tiendas Juan Valdez tratan de brindar una experiencia inolvidable de degustación del café premium colombiano y sus derivados, y han sido la mejor vitrina de nuestro producto insignia.
Uno de los pocos que no ha criticado el café es Derisnel Flórez, vendedor de gafas, quien dice en las redes sociales que hay gente que se incomoda por cualquier cosa y añade que como hay aquí un evento especial, debe impulsarse la buena imagen de Colombia.
No es la primera vez que se instala provisionalmente un lugar de convocatoria de gente en la Plaza de la Paz, pues en la reunión mundial del organismo que administra los dominios de Internet se levantó una caseta para mostrar los servicios de telecomunicaciones que ya existen en Colombia.
Sin embargo, hay que reconocer que la protesta y los comentarios críticos muestran preocupación por el estado de la ciudad y voluntad para defender sus atractivos. Esta energía es la que necesita Cartagena contra los depredadores de todos los días, muchos residentes aquí, cuya falta de amor por nuestra urbe la está sumiendo poco a poco en la incomodidad y el caos.
Y tenemos también que expresar nuestra queja por el tratamiento dado a varios periodistas de este medio por dos personas que trabajan en el Café Juan Valdez, quienes pretendían que no se tomaran fotos de ese local abierto al público diciendo que debían tener autorización.
La Cumbre de las Américas traerá grandes incomodidades a los habitantes de Cartagena, pero hay que entender que es un sacrificio de todos para que la ciudad siga siendo sede de los más importantes eventos mundiales.
Aunque respetamos la protesta y las críticas, no compartimos sus razones, pero invitamos a los participantes a que esa energía no se desvanezca y se despliegue también de manera permanente no solo para oponerse, sino en el propósito de construir una ciudad amable y equitativa, con propuestas edificantes.

Comentarios ()

 
  NOTICIAS RECOMENDADAS