Editorial


Los rumores peligrosos

La semana pasada, en La W Radio, se comentó el rumor que circulaba en Bogotá sobre enfrentamientos entre miembros del alto mando militar, específicamente entre los generales Alejandro Navas, comandante de las Fuerzas Militares; y Sergio Mantilla, comandante del Ejército.
Ambos generales desmintieron que hubieran tenido una discusión debido a diferencias conceptuales sobre cómo ejecutar la nueva estrategia para combatir a las guerrillas y a las bacrim, a la que se le ha denominado Plan Espada de Honor.
Ayer, el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, volvió a desmentir la existencia de divisiones dentro de la cúpula de las Fuerzas Militares y le pidió a los miembros de las instituciones militares y de policía que no se desconcentren y sigan trabajando en equipo.
También sugirió que hay gente interesada en hacerle daño a las Fuerzas Militares, en desmotivar a sus miembros y en sabotear el trabajo conjunto y arduo contra el terrorismo y el crimen organizado.
En abril del año pasado, luego de su salida del comando del Estado Mayor Conjunto, el general Gustavo Matamoros dio declaraciones a la prensa, en las que sugirió que existía una división en las Fuerzas Militares y graves fallas en el Ejército, responsabilizando de todo ello al ministro de Defensa de la época, Rodrigo Rivera.
En la situación de hoy, una repetición de la del año pasado, aunque el ministro de Defensa o el propio Presidente aseguren tajantemente que no hay tal división, algún daño alcanzan a causar esos rumores y a la larga se afecta la efectividad de la ofensiva militar.
También es dañino que se magnifiquen los ataques de la guerrilla y bacrim por parte de algunos medios de comunicación y de algunos personajes relevantes en el país, de manera tan exagerada que un petardo que rompe los vidrios de un carro se vuelve una poderosa bomba que pudo matar a mucha gente.
Las noticias hay que darlas todas, pero con todo el rigor posible. Tampoco le hacen ningún favor al país las posturas segadas hacia el otro lado, pretendiendo que todo está perfecto. Todos los colombianos sabemos que las Farc desearían recuperar su poderío e intentan hacerlo y que las Bacrim se esfuerzan por crecer a diario.
Es cierto que pesar de los golpes contundentes que han recibido las Farc y las bacrim, a pesar de que la amplia mayoría de los colombianos rechaza sus acciones y condena sus prácticas terroristas, todavía queda mucho por hacer para derrotarlas.
Y esa tarea delicada y difícil solo podrá cumplirse exitosamente si las Fuerzas Militares actúan como un solo cuerpo, en equipo y estimulados por el reconocimiento y la gratitud de todos los colombianos.
Diseminar rumores de división en la cúpula militar o estimular la creencia de que la guerrilla o las bacrim están a punto de tomarse al país, solo para desprestigiar al Gobierno, es una infamia, porque indirectamente hacen más vulnerables a nuestros soldados y policías.
Nunca como ahora las Fuerzas Militares habían sido tan contundentes contra la guerrilla y las bacrim y nunca éstas habían mostrado tanta desesperación en ataques enloquecidos que aumentan el rechazo de todos.

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