Editorial


Mareas y diques de contención

El Concejo de Cartagena deliberará acerca del plan piloto presentado por la Alcaldía para hacerle frente al mayor nivel medio del mar, que se desarrollará en Bocagrande y Castillogrande inicialmente, y cuya primera fase costará 10.000 millones de pesos. Como saben los lectores, el uso de combustibles fósiles causa el calentamiento global y éste el deshielo de los polos, además de otros fenómenos meteorológicos que pueden coincidir en cualquier momento, causando que el nivel medio del mar aumente más cada año y llegue a picos mayores que los previstos, especialmente cuando coinciden las mareas altas con remolinos oceánicos, al calentarse y expandirse el agua del mar. Si el calentamiento global sigue al mismo ritmo, es muy probable que el nivel medio del mar se incremente mucho más rápidamente de lo previsto. En general, se acepta que en los próximos cien años el mar podría tener un nivel medio de entre 80 centímetros y 1,20 metros mayor al de hoy. El proyecto que presentará el Distrito, como lo advierte Planeación, es apenas una fase inicial que levantará muros alrededor del litoral de los barrios antes mencionados, y que eventualmente tendrán obras de paisajismo para que no afeen el entorno. Esta primera etapa permitirá una vida más llevadera, es decir, mejor movilidad y menos daño al parque automotor durante las mareas altas, comprando así tiempo para hacer los trabajos más radicales y duraderos. La ciudad tiene que saber que los muros son apenas el anticipo de la solución “final”, que no es otra que levantar la altura de las calles, la única alternativa verdaderamente sólida y la que más duraría. Si sólo dependiéramos de muros marginales, la presión del nivel freático inundaría las calles de todos modos al penetrar el agua por entre las juntas del pavimento y terminaría destrozándolas. Levantar las calles 1 metro o más presenta retos enormes, no sólo por los costos, sino porque se requeriría un estudio de cómo afectaría a las edificaciones de hoy. ¿Cuántas casas de dos plantas perderían el primer piso, y cuántos edificios se quedarían sin el lobby? Este inventario detallado de las afectaciones es indispensable, y la planificación tiene que llegar a detalles que hoy son insospechados. Por otro lado, hay muchas incógnitas por despejar y decisiones por tomar. ¿Cuánto más crecerá el nivel medio del mar en los próximos 150 ó 200 años? ¿Qué le pasará a las zonas costeras? ¿Al Centro Amurallado? ¿Habrá que conocerlo entonces mediante el buceo? ¿Hacia dónde se debería dirigir la urbanización de la ciudad? ¿Cuál será su fuente de agua potable cuando el Canal del Dique esté salado? ¿Hasta qué cota habrán subido las playas dentro de 150 o más años? Es obvio que la mayoría de las personas de esta época no estarán vivas para cuando las preguntas anteriores necesiten respuestas definitivas, pero eso no quiere decir que no haya que hacerlas desde ahora para poder tomar las decisiones mejores para los habitantes de hoy y del futuro.

Comentarios ()

 
  NOTICIAS RECOMENDADAS