En buena hora se están multiplicando en Cartagena las iniciativas para proteger a nuestros niños, proveerles alternativas al ocio creador de comportamientos agresivos y prevenir el maltrato físico y emocional contra ellos y su explotación laboral o sexual.
Sólo esta semana se lanzaron dos importantes programas para cimentar espacios protectores, donde los niños y adolescentes puedan desarrollar su personalidad y sus capacidades en forma positiva, contribuyendo con su creatividad a mejorar la vida urbana.
Uno de ellos es el programa vacacional Arte Inclusivo que pretende impactar a unos mil estudiantes en 17 localidades de Bolívar, formándolos en disciplinas artísticas y culturales, como la pintura, la música y el teatro, para que la temporada de vacaciones escolares no sea un tiempo improductivo que los lleve por caminos extraviados llenos de intolerancia. Además, con seguridad surgirán vocaciones artísticas que se perderían sin esta oportunidad.
Aunque estas jornadas vacacionales se han desarrollado antes, casi todas han sido esfuerzo privado y son costosas para los estudiantes. Es la primera vez que jóvenes de escasos recursos pueden participar en talleres de formación sin mayor gasto.
Otro esfuerzo a favor de los niños y adolescentes se lanzó ayer: el Observatorio de Convivencia Escolar, que busca identificar y desarticular las causas del llamado matoneo entre estudiantes, esos casos de acoso e intolerancia, cuyas consecuencias han sido estudiantes lesionados físicamente o destruidos emocionalmente por compañeros. Los daños hechos así son incalculables.
La idea es trabajar en conjunto con las familias para impedir que los problemas en esta acrecienten las actitudes intolerantes y agresivas.
También hay que mencionar, aunque no se trata del lanzamiento de un nuevo programa, sino de la consolidación de uno que lleva algún tiempo en marcha y que muestra que sí es posible sembrar semillas de convivencia: la respuesta de la Fundación Alianza –que trabaja para alejar a los niños de Santa Rita de la violencia y el pandillismo– a los robos y actos vandálicos contra su sede, organizando un torneo de fútbol inclusivo en el barrio.
Se han fortalecido también los programas de prevención de la explotación sexual de niños y adolescentes, y de lucha contra el trabajo infantil.
El éxito de estas iniciativas radica en su continuidad, por lo cual es imprescindible el apoyo estatal y privado para que reciban la financiación necesaria. Pero más importante es que la comunidad los apoye y participe en ellos en la medida de sus posibilidades.
Cuando se trata de proteger y formar a nuestros niños y adolescentes, ningún esfuerzo puede ser considerado demasiado ni mucho menos, suficiente.
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