Editorial


Motociclistas y Proyecto de Ley 207

El Proyecto de Ley 207, impulsado por el Ministerio de Transporte, alborotó el avispero de los motociclistas, quienes protestaron en todo el país el viernes pasado. En Cartagena, las autoridades estiman que participaron 10 mil, con un comportamiento adecuado, además de que se retiraron de las vías a la hora acordada con el Distrito. Esto es positivo. Hay varios estimativos de la cantidad de motos en la ciudad. Un censo de la Policía en 2009 hablaba de 36 mil, mientras otros estiman más de 40 mil, incluyendo las que vienen de los pueblos vecinos todos los días a trabajar como mototaxis, o porque sus conductores laboran en alguna empresa. Entre lo más molesto del Proyecto de Ley es la restricción de los parrilleros, ya que sólo podrían serlo las personas mayores de 10 años; y cuando estén entre esa edad y los 18 años, tendrían que ser hijos o cónyuges del conductor, o estar bajo su patria potestad. Estarían prohibidos los parrilleros menores de 10 años en todas las circunstancias, como también las mujeres embarazadas y las personas con cualquier impedimento físico, para quienes una caída sería mucho más grave. El Proyecto de Ley obligaría a los motociclistas a pagar peajes, más impuestos, tomar exámenes más exigentes de manejo para obtener las licencias, diferenciaría entre cilindradas bajas y altas para cobrar lo anterior, y determinaría que sólo el dueño podrá conducir su motocicleta, el golpe más duro contra el mototaxismo. Esa actividad creció con la complicidad de las propias autoridades en unos casos, y por su indiferencia e ineficiencia en otros. Al menos, el Proyecto de Ley protege los derechos de los motociclistas que no son mototaxistas, y que usan este vehículo para su trabajo y familia, aunque también los afecta. Faltan investigaciones serias acerca de cómo funcionan las flotas de mototaxis, y de quiénes son sus propietarios. Esa es parte de la clave para resolver el problema, porque podría alcanzar los pasillos del Congreso, de donde periódicamente salen proyectos para favorecer esta actividad ilegal, esgrimiendo los argumentos populistas de siempre, así algunos sean válidos. Hubo 10 mil motociclistas con alguna disciplina, ya que cumplieron con los compromisos contraídos con el Distrito, aunque atrancaron partes de la ciudad. Esto permitiría suponer que todas estas personas serían rescatables en cuanto a mejorar sus prácticas de manejo, pero como pasa en las demás agremiaciones informales, las mayorías están por fuera de estas organizaciones y hacen exactamente lo que quieren, dejando mal a todo el gremio. Aunque el Proyecto de Ley quizá podría ceder en algunos aspectos, no hay motivo para que unos conductores que utilizan las vías permanentemente, que causan la mayoría de los accidentes y fatalidades, que violan todas las normas, que se montan a las aceras, que atrancan el tráfico de la ciudad, no paguen impuestos ni peajes, ni utilicen cascos de más calidad para protegerse ellos y sus pasajeros.

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