Editorial


Nivel del mar y seguridad

El Comité Local de Zonas Costeras de Cartagena está integrado por un grupo interdisciplinario que incluye al Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras (Invemar) y al Centro de Investigaciones Oceanográficas e Hidrográficas (CIOH), además de ingenieros con experiencia profesional en hidráulica. No quisiéramos pasarnos de optimismo, pero se puede decir que es un comité competente para comenzar a aprender y planificar cómo enfrentar las consecuencias del calentamiento global, especialmente el mayor nivel medio del mar. El Universal lleva unos ocho años dando a conocer en este espacio aspectos del calentamiento global y sus consecuencias para Cartagena, pero la gente sólo se dio por aludida cuando las mareas altas del año antepasado y pasado, sumadas a algunos fenómenos meteorológicos, inundaron muchas calles de la Cartagena costera, al igual que barrios pobres y frágiles como Marlinda y demás. Ya los científicos comenzaron a señalar que si no se frena la tendencia del calentamiento global, éste tenderá a desplazar los nacimientos de los huracanes –que serán mucho más frecuentes- hacia el sur y oeste del Caribe, es decir, cerca de las costas colombianas. No podremos sentirnos tan seguros ni seguir tan mal preparados. Por eso es indispensable que la actividad del Comité Local de Zonas Costeras de Cartagena se convierta en una política de Estado para que sea continua. Los estimativos más pesimistas hasta el momento sitúan el nuevo nivel medio del mar en entre un metro y un metro con veinte centímetros a finales de este siglo, pero los diez centímetros –por ejemplo- los alcanzaríamos en muy pocos años, y sólo con esta altura sobre el nivel medio del mar de hoy, habría inundaciones considerables de muchas áreas urbanas, sobre todo teniendo en cuenta mareas meteorológicas encima de las mareas astronómicas. ¿Qué se debe hacer? Se debería comenzar por reconocer y conocer el fenómeno del incremento en el nivel medio del mar, y tomar medidas de protección de una vez, pero sin entrar en pánico. Los colegios deberían crear conciencia en sus alumnos de lo que sucede, y de lo que todos podemos hacer para ayudar a evitarlo si contaminamos menos. El Comité debería poder llegar a hacer diseños preliminares de las defensas para los sitios costeros más vulnerables, incluidos los edificados densamente, como Bocagrande, El Laguito, Castillogrande, Marbella, Crespo y Manga. Es probable que con poco dinero y muy buena ingeniería se pudiera llegar bien hasta la mitad del siglo y más adelante, sin tener que pensar en abandonar las áreas costeras más bajas. Como hemos sugerido aquí tantas veces, y ahora también lo sugiere el Comité Local de Zonas Costeras, se debería reglamentar la altura mínima del primer piso de las construcciones nuevas para ponerlas a salvo durante las próximas décadas. Lo peor que se podría hacer sería ignorar el problema, sobre todo cuando parece casi imposible de que sea reversado.

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