Editorial


Otra prórroga a la sedimentación

Los daños que le ha hecho la sedimentación del Canal del Dique a la Bahía de Cartagena son enormes. Esto no es nuevo, pero sí adquirió proporciones dramáticas a partir de 1982, cuando la Lane Dredging Company le hizo la última rectificación y dragado al canal, que pasó a tener 50 curvas de las más o menos 350 que había tenido desde su origen, y su profundidad fue aumentada a dos metros en promedio. El resultado, además de permitir que se armaran convoyes de planchones más largos, cosa que es positiva para la economía nacional y local, fue incrementar la velocidad y volumen del agua que entraba a la Bahía, y con ésta, el lodo. Una visita a Google Earth le mostrará a cualquiera –incluido a algún contratista pedante de la Universidad Nacional que pretende saberlo todo acerca del Canal del Dique- los daños que causa en la Bahía, y el proceso de deltificación galopante de Pasacaballos hacia Tierrabomba. Quienes sí sabían acerca de los trabajos que necesita el Dique, las compañías licitantes originales: la holandesa Haskoning, la Compañía del Ródano (francesa) y el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los Estados unidos, todas tres expertas en manejar ríos y deltas durante muchísimos años, incluida las necesidades de la navegación fluvial, fueron descartadas a favor de la Universidad Nacional, con ninguna experiencia en estas lides, pero parte integral de los afectos del ministro Gallego. El resultado concreto de todo lo anterior es que a casi ocho años de llegar Álvaro Uribe al poder, el Canal del Dique sigue bombeando miles de toneladas de barro a la Bahía, con consecuencias graves para su ecosistema y varios aledaños, incluidas la Bahía de Barbacoas y las Islas del Rosario. Aceptada con resignación por los cartageneros la solución propuesta por la Universidad Nacional, argumentando que lo mejor es enemigo de lo bueno, y que mejor es algo y peor es nada, la ciudad sigue viendo cómo una demora se encarama sobre otra, de manera que la solución a los daños del Dique sigue lejana y sin licitar, aunque aseguran que en pocos días habrá adjudicación. Ojalá que cuando la haya, las obras comiencen por la estructura de control y exclusa a la entrada de la Bahía para cortar la entrada de raíz, y no por la construcción de los tres estrechamientos concebidos para quitarle caudal al Canal y por lo mismo volumen a los lodos que llegan a la Bahía, que de paso también le quitan capacidad de transporte a ese brazo fluvial del Magdalena, y competitividad a Cartagena. Para Cartagena es una frustración que el Gobierno haya arrastrado tanto los pies con el Canal del Dique, a sabiendas de la urgencia de intervenirlo desde la campaña del presidente Uribe, mientras en estos años de su gobierno se adelantaron otras obras mucho más costosas en el Triangulo de Oro andino para beneficiar a otros puertos. Está bien invertir en todas partes, pero sin provocar el rezago de unas obras clave para esta ciudad y región, y por supuesto, para el país.

Comentarios ()

 
  NOTICIAS RECOMENDADAS