Editorial


Palangres, o el cinismo burocrático

La pesca con palangres, como hemos anotado varias veces, no es aceptada en la mayoría de los países desarrollados. Depreda el ambiente, mata peces juveniles, y captura tortugas y aves acuáticas. Consiste en miles de anzuelos que penden de una cuerda con flotadores que tiene kilómetros de largo. Los barcos palangreros lanzan al agua varios de estos artefactos, que recuperan con los anzuelos llenos. En el Caribe colombiano, los palangreros pagan sumas irrisorias por pescar. Aunque no fuesen un factor de sobrepesca, no hay proporción justa entre lo que ganan por sus capturas y lo que le pagan al Estado colombiano. No conocemos estudios de la capacidad de soportar la pesca con palangres en el Caribe colombiano. Como mínimo, deberían suspenderse estas licencias de pesca hasta que se tenga dicha información. En cambio, sí hay documentación de los daños de los palangres en otras partes del mundo. Los pescadores deportivos de Cartagena dieron la alarma y solicitaron una reunión a la Dirección de Pesca y Acuicultura del Incoder, pero incluyendo a las ONG especializadas en el mar. La entidad ignoró este pedido y les organizó una encerrona a los pescadores deportivos (sólo fue uno) con los palangreros el 24 de septiembre pasado, como si se tratara de un conflicto entre los dos, y no como una lesión enorme a los recursos pesqueros del país. La asistencia de las ONG a la reunión –pasada por alto por el Incoder-, tendría resonancia nacional e internacional por los daños al ambiente marino, mientras que la encerrona con los pescadores deportivos no trascendería, evitando el asunto de fondo: que se cuestione la reglamentación que permite que los mares de Colombia sean saqueados legalmente por artes de pesca tan infames, y la complacencia de la burocracia del Incoder con que todo siga igual. El sesgo es evidente en la conclusión principal de la reunión antes citada: “Realización de una mesa temática sobre…;los conflictos entre pesca deportiva y pesca industrial con palangre en el Caribe colombiano, en…;Cartagena, solicitando que tomen la iniciativa los pescadores deportivos para garantizar su asistencia y participación en la mesa”. Esta “conclusión”, que parece más un prejuicio, está equivocada: el conflicto no es con la pesca deportiva, sino entre los intereses ambientales y marinos de Colombia, y la pesca con palangre. Cualquier reunión que se organice tiene que discutir eso con todas las entidades pertinentes, y no sólo con los pescadores deportivos. También concluyó la reunión del 24 de septiembre con que deben “Continuar e intensificar los esfuerzos por parte de la Subgerencia de Pesca y Acuicultura en legalizar a los pescadores deportivos de la región, así como todos los eventos (torneos de pesca) que por ley deben legalizarse”. Estamos seguros de que los pescadores deportivos pagarán esta vacuna legal, a pesar del cinismo de permitir los palangres y a la vez cobrarles a los pescadores deportivos por quemar combustible sin ver una pieza que valga la pena, porque ya están congeladas en los frigoríficos de los pescadores “industriales”.

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