Editorial


Presente y futuro de la educación superior

La educación universitaria como factor de desarrollo para Colombia está en el primer plano noticioso por estos días, en virtud de dos hechos importantes: el anuncio de la asignación de 1,5 billones de pesos para invertir en la educación superior pública durante los próximos tres años y el Primer Encuentro Internacional de Universidades Tecnológicas que se realiza en Cartagena simultáneamente con el Quinto Encuentro Universidad-Empresa Privada.
En el encuentro de Cartagena, prestigiosos funcionarios y catedráticos de universidades de América Latina, Estados Unidos, Oceanía, Canadá y algunos países de Europa, están compartiendo sus experiencias en relación con el tema “El papel de las universidades tecnológicas en el desarrollo sustentable de sus territorios” y proponiendo estrategias para mejorar la formación de profesionales que sean protagonistas activos en el desarrollo de ciudades y regiones, con el uso racional de los avances tecnológicos y la participación de la empresa privada apoyando la investigación y la innovación.
La Universidad Tecnológica de Bolívar es la institución anfitriona, un reconocimiento a su empeño en vincular la formación académica con el estudio y las propuestas de solución a los grandes problemas de la ciudad y de toda la región Caribe.
Al finalizar el encuentro, se tendrán identificadas líneas de acción para mejorar la calidad de los métodos de enseñanza y la obtención y aprovechamiento de recursos para la formación de un capital humano que sea útil en el territorio de influencia de las universidades.
También se definirán estrategias para convertir a las universidades tecnológicas en centros para la innovación, la investigación y la transferencia de conocimiento y emprendimiento de la región.
Pero lo más importante es que también se establecerán formas de cimentar la relación entre las universidades y la empresa privada, para impulsar el conocimiento aplicado.
Esfuerzos como este, que en este caso provienen de las universidades privadas, se complementan con el que hará el Gobierno nacional para destinar recursos provenientes de la Ley de Regalías y de las entidades territoriales, para fortalecer la educación superior pública.
Este esfuerzo económico incluye la puesta en marcha de nuevos mecanismos para ayudar a que los jóvenes de escasos recursos accedan a la educación superior y cuenten con un fondo para su manutención.
Por el momento, el Gobierno no permitirá la inyección de capital privado a las universidades públicas, pero eso no significa que la empresa privada no participe en el mejoramiento de la calidad educativa, pues como vimos arriba, hay innumerables proyectos en marcha en instituciones de educación superior privadas, que también ofrecen becas y subsidios a los estudiantes pobres que muestren excelencia académica, cuyos resultados son exitosos en regiones como la Costa Caribe.
Nunca, como ahora, las oportunidades de acceder a la educación superior han sido tan amplias, y esta circunstancia debe ser aprovechada a cabalidad por los jóvenes colombianos, porque la educación es la base del progreso y la puerta para salir de la pobreza.

 

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