La Cámara de Representantes de los Estados Unidos acaba de pasar una legislación ambiental revolucionaria para ese país, y aunque se queda corta con respecto a los compromisos de los países europeos, su importancia radica en que al fin los EUA encaran su responsabilidad en el calentamiento global. Aunque la legislación resultó debilitada para poder pasarla (219 contra 212), el New York Times dijo anoche que “es apenas el comienzo del debate sobre la energía y clima en el Congreso” de los Estados Unidos. La legislación, que entrará en vigencia en 2012, pretende liberar a los Estados Unidos de la dependencia del petróleo importado y convertirlos en “un líder en puestos de trabajo en el sector de la energía limpia y en cortar la contaminación que causa el calentamiento global”. Los Estados Unidos fijará límites a la producción de carbono, tanto industrial como doméstico, y a partir de ciertos límites los contaminadores pagarán “multas” cada vez más altas al tener que comprar certificados a las industrias menos contaminantes para “descontarse” su propia contaminación y cumplir con los límites impuestos. El sistema está diseñado para que resulte mucho más barato no contaminar, porque los certificados se encarecerán cada año, y para que en el 2020, el 20 por ciento de la producción de energía eléctrica provenga de fuentes renovables como el sol y el viento, además de empezar a ahorrar energía de manera sistemática. Según el New York Times, “La ley final pretende reducir el conjunto de gases que atrapan calor en 17% de los niveles de 2005 teniendo como límite al año 2020, y 83 por ciento en la mitad del siglo”. Aunque sea inferior a los estándares europeos, es un progreso enorme para los Estados Unidos, cuyos directivos republicanos habían decidido que el calentamiento global era una ficción de los demócratas, a pesar de la evidencia científica contraria. La nueva ley también dotará a la investigación en producción de energías alternativas con billones de dólares, lo que no sólo generará empleos, como mencionamos arriba, sino que debería lograr avances imposibles hasta ahora por el bloqueo gubernamental de la era Bush a la investigación científica en general. Este cambio radical en la actitud norteamericana debería servirle de inspiración al resto del mundo, incluida Cartagena, para que vuelva a examinar su situación frente al calentamiento global, cuyos síntomas más obvios localmente son las inundaciones de las calles por el crecimiento permanente en el nivel medio del mar. Javier Mouthon, quien lideraba el grupo de estudio y de acción de Cartagena frente al problema anterior, fue nombrado titular de la cartera de Planeación, dejando acéfalas las soluciones de corto y mediano plazo para la ciudad. Instamos al Distrito para que renueve este liderazgo indispensable y para que ponga en práctica algunas de las soluciones que se habían propuesto hace unos meses. No es sensato dormirse ahora, para tener que despertar con rudeza durante las próximas inundaciones por mareas altas.
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