Editorial


Robos reales con métodos virtuales

El 7 de febrero fue establecido como Día de la Seguridad en Internet, gracias a una iniciativa de la organización Insafe, para promover un uso más seguro y responsable de las tecnologías en línea y móviles, especialmente por los niños y adolescentes.
Hace dos años, participaron más de 65 países en la celebración, realizando actividades didácticas para que la gente se proteja al momento de conectarse.
Pero los peligros de la web no son únicamente para los niños y adolescentes, también los adultos se ven expuestos a la invasión de sus archivos, de su privacidad y de sus recursos económicos.
Los bancos han gastado millones en tecnología para proteger las cuentas de los usuarios cuando hacen transacciones en línea, con mecanismos como los generadores de claves que cambian cada 30 segundos, pero siempre los ciberintrusos se las ingenian para superar todos esos escollos, y cada día aumenta el número de robos a través de internet.
Ni las instituciones gubernamentales se salvan de la acción constante y difícilmente controlable de los piratas informáticos, como lo demuestra el caso de la Alcaldía de Sincelejo, a la que le fueron robados más de mil millones de pesos, a través de 13 transferencias electrónicas fraudulentas desde una de sus cuentas bancarias, que terminaron en varias cuentas, cuyos titulares están siendo investigados.
Aunque algunos sistemas de control han permitido hacer un seguimiento del dinero, será difícil y costoso recuperarlo e identificar a los responsables.
Con la multiplicación de los sistemas y equipos de comunicación móvil, también se han multiplicado los riesgos de realizar transacciones bancarias a través de internet, y los establecimientos financieros aumentan la seguridad estableciendo mecanismos que terminan siendo más engorrosos que el método antiguo de sacar plata en las oficinas de los bancos a través de la obsoleta libreta de ahorros.
Ya no es suficiente digitar el nombre del usuario y la contraseña para acceder a la cuenta y realizar cualquier transacción, pues para garantizar la seguridad debe cumplirse una serie de pasos cada vez más largos y complejos, respondiendo múltiples preguntas y pasando por diversos portales del sitio web bancario.
Lo último en sistemas de protección contra el fraude financiero en línea es un dispositivo que detecta cualquier cambio en la rutina de los usuarios al realizar sus movimientos bancarios y alerta al respecto, pero ya algunos “hackers” comenzaron a crear programas maliciosos para desactivarlo.
El principal riesgo de los fraudes informáticos radica en la falta de precaución de los usuarios que se confían demasiado en el momento de navegar por internet y terminan cayendo en las trampas que le tienden los piratas y revelando información personal delicada, como las claves de sus cuentas.
La seguridad de las cuentas bancarias exige cambios frecuentes de las claves, verificación de los movimientos de las cuentas y desconfianza al entregar datos personales y financieros en cualquier sitio web.
Los robos electrónicos se están multiplicando dramáticamente y causando pérdidas enormes, así que es momento de ponerles la debida atención.

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