El pasado martes el Dadis confirmó que no eran 4 sino 5 los casos de malaria detectados en el barrio Colombiatón.
La secretaría de Salud del Distrito dijo que gracias a las pruebas tempranas, se pudo detectar en 2 personas el parásito en período de incubación y que 4 de los afectados estaban siendo atendidos en centros asistenciales bajo estricta vigilancia médica.
También reportó la entidad su intervención en 120 viviendas del sector en riesgo potencial, porque está cerca de un terreno cubierto de maleza y por donde cruza un canal de aguas pluviales, donde puede proliferar el mosquito anopheles, transportador del parásito que causa esta enfermedad.
Ayer, la Casa del Niño alertó sobre un nuevo brote de meningitis, y un infectólogo pediatra de la entidad reveló que desde agosto de 2012 se han presentado 7 casos en adultos y en niños, después del brote confirmado en febrero, que la institución atendió con el Dadis, y dos de esos pacientes han muerto.
En junio pasado, el Dadis declaró la alerta amarilla para todos los hospitales, clínicas y puestos de salud de Cartagena, ante el inminente riesgo de contagio con el virus H1N1.
Antes, la entidad comprobó algunos casos de dengue clásico y uno sospechoso de dengue hemorrágico en otro barrio de estrato bajo en Cartagena.
Estos hechos graves para la salud pública local tienen en común que las instituciones públicas actuaron para combatir las infecciones, porque todas las medidas preventivas puestas en marcha no impidieron los brotes.
La situación no es más que una corroboración del panorama patético sobre el deterioro de la salud en 2012, presentado por el programa Cartagena Cómo Vamos hace poco más de un mes, donde se reveló el aumento de la tasa de mortalidad materna, de las enfermedades contagiosas como dengue, tuberculosis y SIDA y de las muertes de menores de un año por enfermedades diarreicas e infecciones respiratorias.
El otro factor común de estos brotes, es que surgieron en sitios donde las condiciones de salubridad y saneamiento ambiental son precarias, agravadas por la acumulación de basuras en calles, caños, canales y por los charcos de agua perennes en algunos barrios.
Los últimos brotes de malaria y meningitis, enfermedades que en otros lugares del mundo, sobre todo en zonas urbanas, han sido erradicadas o controladas, requiere la atención inmediata del Dadis y de la ESE Cartagena de Indias, para consolidar el esfuerzo de las clínicas como la Casa del Niño, enfocada en la puesta en marcha de un programa de prevención serio, integral y obligatorio.
La reaparición de enfermedades infecciosas antes combatidas con éxito es una prueba de la poca eficacia de los planes de salud pública locales, de manera que es preciso y urgente que la acción gubernamental en este campo cambie y se fortalezca. No es permisible una sola muerte más por estas causas.
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