Ayer el presidente Santos alertó al país por el recrudecimiento del invierno. Entre otras cosas, dijo: “Quiero alertar a los pobladores de las riberas de los ríos Cauca y Magdalena, que en su parte media han tenido un incremento alto de sus niveles”.
Según el Ideam, las lluvias de la primera parte del invierno comenzarán en marzo, es decir, dentro de 6 días, por lo que todo el país debería estar ya más que preparado, teniendo en cuenta que fuimos avisados desde hace varios meses. Según la entidad, las lluvias de primavera aún estarán influenciadas por “La Niña”. Serán más fuertes de lo normal para la época, pero nunca como la temporada que terminó en diciembre pasado.
Para Cartagena, prepararse para la lluvia quiere decir, en primer lugar, tener limpios todos los canales de desagüe. Desafortunadamente, la gente parece no escarmentar ni con las tragedias, porque continúa arrojando basuras a muchos de ellos.
También quiere decir tratar de culminar todas las evacuaciones posibles de las familias en áreas de riesgo alto, hacia viviendas nuevas en alguno de los proyectos de la ciudad, o a casas alquiladas.
Otro componente importantísimo de la prevención es la vigilancia permanente para que no sean reinvadidas las zonas desocupadas por ser muy peligrosas, como algunas de las faldas de La Popa, incluyendo las del barrio de San Francisco, donde ya se han desmoronado muchísimas casas.
El Establecimiento Público Ambiental (EPA) andaba ayer por Nelson Mandela haciendo campaña con los niños para concientizarlos a ellos, y a través suyo a sus familias, del peligro de arrojar basuras a los canales de desagüe.
Valiéndose del personaje “Lucho Canal”, “EPA Cartagena…;sensibiliza a las comunidades sobre la conservación de los canales pluviales y el adecuado manejo de residuos sólidos. Estuvo en el barrio Nelson Mandela, en una jornada educativa ambiental con música y dinámicas para los niños”. Muy buena la capacitación, pero a Cartagena ya le llegó la hora de multar a quienes arrojen basuras a cualquier lugar distinto a una caneca.
Es importante también que además de los canales pluviales de los barrios, estén en perfecto estado de aseo los que inundaron al sector industrial de Mamonal el invierno pasado, principalmente el Caño Casimiro y las escorrentías que lo llenan.
En Bolívar, el Canal del Dique es el gran peligro, especialmente porque aún no hay una estructura de control en Calamar, a pesar de que el Gobierno anterior prometió construir la solución adecuada y luego perdió 8 años allí.
¿Ya hay diseños para elevar algunos puntos críticos de los terraplenes entre Sincerín y tierra firme, del lado de Arjona? ¿Los tres puentes menores entre Gambote y Sincerín, serán modificados?
Las debilidades posibles en los terraplenes del Dique en el departamento del Atlántico, ¿han sido detectadas y reforzadas? ¿Cómo influye la sedimentación de Bocas de Cenizas, denunciada por el gobernador Verano, en el nivel del río Magdalena y en el Canal del Dique?
La advertencia de Santos es oportuna, aunque aún no hay noticias precisas de lo que se hará para evitar otros desastres si llegara a llover más duro de lo esperado.
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