Editorial


Se “desencalla” el Canal del Dique

El presidente Uribe anunció que el Canal del Dique -¡al fin!- tendrá financiación para las obras que impedirán que siga llenando de sedimentos a la Bahía de Cartagena, y a la vez mantendrá su navegabilidad, que es indispensable para la ciudad. El canal tendrá tres estrechamientos que reducirán su caudal, que es parte de la estrategia para que aporte menos sedimentos en su desembocadura principal en la Bahía de Cartagena, y en las secundarias en la Bahía de Barbacoas, al igual que por el Caño de Luisa y otras desembocaduras hacia el Mar Caribe. Esta no es una solución ideal porque le quita capacidad de transporte al Dique, pero hay que aceptarla por aquello de que “lo perfecto es enemigo de lo bueno”. La parte principal del proyecto será la exclusa mediante la cual los planchones y remolcadores entrarán a la Bahía de Cartagena, sin que lo haga el torrente del Canal del Dique, como sucede hoy. La vista satelital de la desembocadura del Canal del Dique en la Bahía es impresionante porque muestra el crecimiento de su delta hacia Tierrabomba, poniendo en peligro la entrada al puerto por Bocachica, y la razón de ser de Cartagena. Valdría la pena saber cuánto ha crecido este delta y cuánto más habrá crecido cuando se hayan terminado las obras del Dique. La sedimentación es un problema nacional que proviene de la erosión de la cuenca del Río Magdalena y pone en aprietos no solo a la Bahía de Cartagena, sino al propio río, que cada año pierde calado y navegabilidad. Las lluvias ya no encuentran suficiente vegetación para quitarle velocidad al agua caída y para que la tierra la absorba suficientemente, por lo que las escorrentías son cada vez más caudalosas, rápidas y arrasadoras. La reforestación es indispensable para salvar el río, pero también para salvar buena parte del propio país, y aunque suene a quijotada, al mundo. El Dique ya es un brazo del Río Magdalena, que pasó de tener unas 350 curvas a apenas 50 luego del dragado, ampliación y rectificación que le hiciera el entonces Ministerio de Obras Públicas en 1982 a través de Sáez y Cobe, y la Layne Dredging Company. Aunque estas obras permitieron aumentar el largo y ancho de los convoyes de planchones, mejorando su capacidad y tiempo de transporte, también multiplicaron el caudal del Dique y su velocidad, deteriorando la Bahía de Cartagena de manera geométrica a partir de esa fecha. El Canal del Dique es muy importante para Cartagena porque le da la posibilidad de ser un puerto verdaderamente multimodal, que puede desembarcar mercancías en la Bahía y llevarlas en planchones hasta los puertos sobre el Magdalena, en donde se embarcarán en camiones hacia su destino en el interior, reduciendo los fletes de manera notoria. Y la competitividad será aún mejor cuando el transporte ferroviario haga parte de la combinación multimodal. Cartagena tiene que estar muy vigilante para que la financiación de las obras del Canal del Dique anunciada por el señor Presidente no se embolate y la construcción comience cuanto antes. ¡A la ciudad le urge!

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