Editorial


Sigue la tensión eléctrica

La tensión alta entre el Distrito y la compañía transportadora de energía, ISA (Interconexión Eléctrica S.A. E.S.P), por la posición de cada uno con respecto a cómo instalar la cuarta línea de 220 kilovoltios que debe entrar a Cartagena por la subestación El Bosque, construida desde hace varios meses por Electricaribe, comienza a poner en peligro el suministro de energía de Cartagena. Esta línea debió estar instalada desde mayo 20 de este año.
Como saben los cartageneros, la discrepancia se origina porque la Alcaldesa –con buenos motivos- exige que al pasar por la Vía Perimetral la línea debe ser subterránea, pero ISA sostiene no estar obligada a hacerla así, aunque ofrece instalarla aérea ahora y enterrarla en 2018, a lo que se sigue negando la Alcaldesa, argumentando que prevaricaría al ir contra el POT si permitiera la instalación aérea en ese lugar, y que ISA exagera las consecuencias –los apagones- si no se construye la línea de inmediato.
Su interventoría señaló a ISA de negligente al no dar los pasos necesarios para cumplir este contrato de manera inmediata, y ni siquiera tiene licencia ambiental. La Alcaldesa tiene razón en estar disgustada porque la actitud de ISA no siempre ha sido la mejor, pero esta discusión, llevada a los tribunales, sería trágica para Cartagena. El hecho es que ISA reculó de su posición original, que no pudo imponer a la brava, a pesar de su influencia en el país y en los ámbitos importantes del Estado. Y eso es algo. 
Pero nada de lo anterior importa tanto como la amenaza de que Cartagena se quede sin energía suficiente, y esa es una posibilidad real, no un invento de ISA ni de sus simpatizantes, aunque les sirva para presionar a la Alcaldesa.
Los expertos en redes eléctricas que El Universal ha consultado opinan que aunque lo ideal hubiera sido instalar la línea subterránea desde el principio, hay un riesgo auténtico de una crisis mayor en diciembre de 2012 si ISA no instala la línea de 220 kV antes. ¿Qué hacer?
Creemos que el Gobierno nacional, en cabeza del presidente Santos y el nuevo ministro de Minas y Energía, Mauricio Cárdenas Santamaría, debería apersonarse de este impase cuanto antes. Para la ciudad y para el país sería terrible un apagón en un futuro y debe evitarse a toda costa.
Por su parte, Electricaribe, cuya responsabilidad es llevar la energía eléctrica a casas, negocios y fábricas, considera indispensable –de inmediato- la cuarta línea de 220 kV para el buen funcionamiento de la red de suministro de la ciudad. Apenas entre en servicio aliviará la sobredemanda de las líneas de 66 kV que rodean y alimentan a Cartagena, y hará muy confiable su servicio eléctrico.
Es el momento para que todas las fuerzas de la ciudad trabajen unidas para evitar un apagón, que no solo mermaría la competitividad, especialmente turística, sino que perjudicaría mucho más a la población vulnerable y mayoritaria, que ya tiene que soportar demasiados racionamientos por distintos motivos.
 



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