Editorial


Terán

Campo Elías Terán Dix es el alcalde electo de Cartagena, con una votación muy superior a la de cualquiera de sus antecesores. Dicho resultado no sólo es un éxito suyo enorme, sino que su responsabilidad antes los cartageneros ahora es enorme. Su programa de gobierno tiene cuatro ejes: social, económico, ambiental e institucional.
Se comprometió Terán a varios objetivos en cada eje: en el social, a erradicar la pobreza extrema, garantizar la calidad de la educación y la salud y disminuir el déficit de vivienda; en el económico, a mejorar la competitividad en la ciudad, generar empleos y nuevas fuentes de ingresos y reducir la economía del rebusque; en el ambiental, a solucionar los problemas de drenaje de aguas pluviales, del nivel medio del mar creciente, la contaminación de la Ciénaga de la Virgen y vulnerabilidad del Cerro de la Popa y Loma del Marión. En lo institucional, a desterrar la corrupción administrativa, garantizar la seguridad ciudadana y la eficiencia en el gobierno.
El alcalde electo plantea en su programa la continuidad de varias políticas necesarias y útiles para el desarrollo local de la administración de Judith Pinedo, como la recuperación y adecuación del espacio público y la revitalización del Centro Histórico.
Celebramos que el alcalde electo decida seguir desalojando a los invasores del espacio público, que impida con energía su reocupación, y que complete la recuperación de las plazas del Centro Histórico que se inició hace algunos meses.
También es satisfactorio saber que para la modificación del Plan de Ordenamiento Territorial (POT), convocará a toda la ciudad, para formular las regulaciones urbanas que preserven la gran riqueza natural y ambiental de Cartagena, y que reduzcan las brechas entre los estratos sociales, sin frenar las obras de desarrollo.
En su plan de gobierno, Terán Dix se compromete a tener en cuenta, para la modificación del POT, los fenómenos naturales que amenazan la estabilidad de ciertas zonas; en su administración no tendrán cabida urbanizadores sin alma que usan los proyectos de interés social para obtener beneficios particulares, como ya ocurrió en algunos programas que debieron ser intervenidos.
Dos problemas mayores enfrentará el nuevo alcalde: la inseguridad y la movilidad. Solucionar el primero requiere el apoyo del Gobierno nacional, por tanto, deberá desplegar una capacidad de gestión enorme. Para remediar el segundo necesita partir de la base de Transcaribe, y no ceder a las presiones de los empresarios del transporte público, obligándolos a contribuir al buen funcionamiento del sistema.
Preocupa su ambigüedad programática con el mercado de abastos. Aunque su programa habla de una Central de Abastos Metropolitana, como eje de su “Sistema de Mercado Distrital”, mantendrá el mercado de Bazurto como central minorista, sin decir cómo impedirá que los grupos criminales que operan allí mantengan el desborde caótico que lo convirtió en un tormento urbano.
El de Campo Elías Terán es un programa ambicioso, de cumplimiento obligatorio según la ley, por lo que la ciudadana debe acompañarlo en el proceso para que no se desvíe.
El Universal desea que tanto a Campo Elías Terán Dix como a Juan Carlos Gossaín Rognini, nuevo Gobernador, les vaya muy bien en su gestión.

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