Editorial


Un acto grande o pequeño de solidaridad

Ayer se conmemoró el Día Mundial de la Ayuda humanitaria, y la ONU quiso este año convocar a cada uno de los habitantes del planeta a que lleven a cabo una buena acción, un acto de solidaridad grande o pequeño, para promover una idea poderosa: gente ayudando a gente.
Gracias a la cantante Beyonce, quien grabó un video musical de su tema "I Was Here" (Yo estuve aquí), la campaña de la ONU logró calar desde comienzos de agosto, en el propósito de llegar a través de las redes sociales a 1.000 millones de personas que se comporten con solidaridad.
Aunque el Día Mundial de la Asistencia Humanitaria rinde homenaje a quienes perdieron la vida cuando prestaban servicios humanitarios y a quienes continúan prestando socorro a millones de personas, también busca concientizar al mundo sobre la importancia de la cooperación internacional para satisfacer las necesidades humanitarias.
Anualmente, los desastres causan la muerte de millones de personas y sufrimiento enorme a muchos más, la mayoría de la población más pobre, marginada y vulnerable.
Colombia, en especial la Costa Caribe y Cartagena, han sufrido muchas veces los efectos de inviernos torrenciales y veranos implacables, que golpearon a miles de familias que todavía no se han recuperado del todo.
Aquí como en el mundo entero, la labor de los trabajadores de asistencia humanitaria, que dieron todo su esfuerzo para salvar vidas y ayudar a quienes fueron golpeados por estos desastres, permitió reducir el número de muertos y mitigar los efectos en las familias damnificadas.
Es gracias a la asistencia humanitaria como se reduce el drama provocado por los desastres, y su eficacia se basa en un conjunto de principios fundamentales que incluyen la humanidad, la imparcialidad, la neutralidad y la independencia.
En países como Colombia, que vive un conflicto interno desde hace mucho tiempo, es imprescindible que se garantice el respeto a los trabajadores de asistencia humanitaria y se les permita llegar a los necesitados para brindarles ayuda vital.
Nunca debe repetirse el triste acontecimiento que motivó a la Asamblea General de la ONU a designar el 19 de agosto como el Día Mundial Humanitario: la muerte de 22 personas en un ataque contra las oficinas de la ONU en Bagdad.
La convocatoria de la ONU tiene enorme importancia al demostrar que no se requieren acciones heroicas para contribuir a que los seres humanos sean menos golpeados por los desastres.
Cada uno, en el ámbito de su ciudad, su barrio o su calle puede ser también un héroe del trabajo humanitario, ayudando a quienes están en dificultades con solidaridad y determinación.
Responder a las emergencias es sólo un aspecto del trabajo humanitario, también significa brindar apoyo a las comunidades para reconstruir sus vidas después de un desastre, mejorar su capacidad de recuperación ante futuras crisis, o garantizar que las voces de los pobres y marginados sean escuchadas.

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