Editorial


Un foro de oportunidades

El Foro Económico Mundial para Latinoamérica se hará en Cartagena entre el 6 y el 8 de abril próximo, siendo la primera vez en 40 años que su sede es Colombia. Hace pocos años hubiera sido difícil, por no decir imposible, que cualquier empresario extranjero importante viniera a Colombia por la inseguridad, a menos que estuviera de incógnito y con medidas de protección inusitadas, y mucho menos que lo hicieran muchos de los 500 líderes empresariales más importantes del mundo que han sido invitados, de los que hasta ahora han confirmado 350 (50 son colombianos), además de inversionistas de 34 países, como está a punto de suceder en Cartagena. Hay convidados de muchos países, entre ellos Alemania, India, China, Serbia, Pakistán, Singapur, Turquía, Suiza, Islas Mauricio, Austria y Bélgica. También asistirán los presidentes de Guatemala, Costa Rica, Panamá, República Dominicana y Barbados, y falta la confirmación de los de México, Perú y Brasil. Luis Guillermo Plata, Ministro de Comercio, dijo que si bien no todos invertirán en Colombia, serán multiplicadores de las oportunidades de un país con mucho potencial, de manera que el “boca a boca” en el mundo empresarial surta un efecto positivo. Mientras en Medellín armaron un trepequesube publicitario con una reunión del BID, de las que ya había habido dos muy exitosas en Cartagena sin que dijéramos ni mu, aquí se nota cierta parquedad con el Foro Económico Mundial para Latinoamérica, como si la frecuencia de los eventos internacionales importantes nos adormitara y no captáramos las oportunidades que se podrían presentar. Nuestra obligación primera es tener la ciudad turística y Colonial como una taza de plata, y también, llevar a los empresarios a conocer los barrios más pobres, tour que debería liderar la propia Alcaldesa para mostrar las inversiones que se han hecho, y sobre todo, las enormes que aún nos faltan. Ninguna ciudad con la pobreza de la nuestra puede tener un entorno saludable de largo plazo para hacer empresa si no se trabaja duro para reducirla, mediante la educación de los jóvenes y la capacitación de los adultos, procesos que comenzaron en Cartagena, pero a los que aún les falta mucho. También suponemos que ya el Distrito, que es el anfitrión del evento junto con el Gobierno nacional, tiene preparado algún espacio concreto del Foro para promover la ciudad, y sobre todo, que diseñó una estrategia específica para reparar sus falencias como centro empresarial, sacadas a flote por el reporte de Doing Business, en cuya lista quedamos como la peor ciudad de Colombia en la que hacer negocios. Cartagena debería poder decirles a los empresarios nacionales y extranjeros los pasos que dará para que el año entrante encabecemos la lista como el mejor sitio para invertir en Colombia, y no sólo para que mejoremos unos cuantos peldaños. Hablar con los empresarios de carne y hueso que han comenzado empresas nuevas en Cartagena sería un paso muy importante para empezar a enderezar el camino. Mientras tanto, ¿qué hará el Distrito para sacarle el mayor provecho posible al Foro Económico Mundial de abril?

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