Editorial


Una cita con la democracia

El símbolo máximo de la democracia y la mayor expresión de la libertad ciudadana es el voto depositado sin presiones ni sobornos, para elegir a nuestros representantes en el Congreso y en el Parlamento Andino, y decidir cuáles serán los candidatos presidenciales de dos partidos políticos. Elegir es un derecho que debe ser ejercido con responsabilidad, pues tiene consecuencias no sólo para la vida individual de cada colombiano, sino para el bienestar de la nación entera. Votar es un acto individual, autónomo y secreto, que debe orientarse según principios éticos y democráticos, para lo cual hay que cumplir sin excepciones algunos mandamientos democráticos básicos: No se abstenga de votar: Esto equivale a decir que la democracia no le interesa y les da luz verde a los políticos deshonestos para hacer lo que les venga en gana. No venda el voto: Hacerlo es un delito y una perversión de la democracia representativa, además de permitir que los políticos corruptos trabajen por sus intereses y no por el bienestar común. No vote a cambio de un puesto oficial, un contrato o una promesa equívoca: Es otra forma de vender el voto, y no siempre se recibe el pago, porque las facultades y prerrogativas de los congresistas tienen límites. Denuncie los delitos electorales de los que sea testigo: Perturbar las elecciones, constreñir, sobornar o engañar al votante para que vote por determinado candidato, alterar los resultados electorales o votar fraudulentamente, son delitos y tienen penas de presión. No se deje engañar con promesas falsas: Vote sólo por quienes tengan programas viables, serios y no prometan el cielo y la tierra. No vote por familiares o amigos que reemplazaron a los delincuentes y corruptos en las listas. Acatar estas normas básicas garantiza elecciones libres, pero es necesario eludir las maniobras que emplean los corruptos para lograr su cometido. Cuídese, por ejemplo, de los líderes comunales comprados, que se jactan de aportar 200 ó 500 votos y que consiguen electores porque les prometieron apoyo a futuras aspiraciones electorales, lo que también es un engaño vil. Además, muchos ciudadanos honestos, los Vigías de la Democracia, funcionarios de la Fiscalía, agentes del DAS y de la Policía, y otras autoridades, estarán atentas para impedir que usted cometa actos como: Tomar una foto con celular a su tarjetón marcado para demostrar que votó por determinados candidatos. Participar en el “carrusel” en que se cambian tarjetones marcados por tarjetones en blanco, para asegurar el voto cautivo. Mostrarle a un jurado por quién votó. Usar niños acompañantes, a quienes les pagan para asegurarse de que se vota por el candidato indicado. Poner una “plantilla” sobre el tarjetón con “huecos” para el partido y el candidato que debe escogerse. Si evita estos y otros comportamientos delictivos, no sólo se libra de la cárcel, sino que contribuye a la consolidación de la democracia y de la libertad, una labor pendiente y quizá larga, que depende de todos los colombianos.

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