Editorial


Una visión de ciudad para todos

La visión de ciudad que tiene el Plan de Desarrollo de Cartagena de Indias para el año 2015 es el sueño de todos sus habitantes, considerado por muchos una utopía: “Será una ciudad incluyente y equitativa donde academia, empresarios, gobierno, organizaciones de la sociedad civil y en general todos sus ciudadanos y ciudadanas, disfrutan y comparten espacio de dialogo, desde lo que se genera confianza, compromisos y responsabilidades para aportar el desarrollo integral y a la sustentabilidad de la ciudad y su población”.
Este propósito se complementa con la visión de una Cartagena, cuya administración “será reconocida por su gestión transparente, el buen gobierno y el liderazgo”.
Que en tres años pasemos de vivir en una ciudad caótica, con problemas de movilidad, seguridad, desequilibrio social y baja calidad de vida, a una ciudad incluyente, donde todos los sectores ciudadanos trabajen al unísono por el bienestar general y no por intereses particulares, despierta el escepticismo de muchos, pero es precisamente tal escepticismo el que tradicionalmente ha hecho fracasar proyectos de desarrollo integrales y ambiciosos.
Una de las dificultades mayores que tienen las ciudades colombianas para crecer ordenada y equitativamente es que los planes de desarrollo no se articulan de gobierno a gobierno, de manera que muchos proyectos y planes de acción se truncan, sin que sus resultados sean visibles a pesar del gasto de dinero y esfuerzo.
En este momento se discute en el Concejo Distrital el Plan de Desarrollo de Cartagena 2012-2015, tras cumplir una etapa de discusión con representantes de las comunidades y otros sectores sociales, de manera que podría ser el momento preciso de establecer si en su concepción se garantiza el seguimiento a las iniciativas de la pasada administración que son evidentemente beneficiosas y eficientes para la ciudad, o si de nuevo se hizo borrón y cuenta nueva, como ha ocurrido siempre.
A primera vista, hay continuidad en las estrategias de lucha contra la pobreza, de hecho ese propósito es el eje principal del Plan, y hay reajustes a las políticas trazadas por la alcaldesa Pinedo, sin acabar con el esquema de programas como el llamado “Pedro Romero”, sino llevándolos más allá.
Por supuesto, también se cambia el rumbo de ciertas políticas de la pasada administración, y el más visible de esos cambios es el futuro del Mercado de Bazurto, que definitivamente sera trasladado a un conjunto de mercados sectoriales de manor tamaño, estratégicamente distribuidos en la geografía local.
Por ser el Plan de Desarrollo una guía imprescindible para trazar el rumbo de la ciudad hacia el desarrollo, es preciso que sea conocido, discutido por la ciudadanía, que debe apropiarse de él y vigilar atentamente que se cumpla a plenitud, sin atorarse en obstáculos como la ineficiencia, la burocracia y la corrupción.
Desde este periódico nos comprometemos no sólo a divulgar los puntos principales del Plan de Desarrollo Distrital y sus estrategias básicas, sino que, con el acompamiento de la ciudadanía, también vigilaremos que ese rumbo trazado para Cartagena se cumpla en todas sus etapas.

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